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El carnaval es un momento de alegría, donde todos se vuelcan a la calle para encontrarse y dar rienda suelta a las represiones que la sociedad impone como medio de control social. Si bien está ligado a rituales paganos, la fecha de carnaval está relacionada con la fiesta cristiana de Cuaresma y por eso se celebran en fechas variables de febrero.
Ámsterdam es una de las ciudades europeas que realiza un carnaval todos los años. A pesar que estas fiestas no hacen parte de su cultura, los emigrantes latinoamericanos han trasladado sus creencias y expresiones hasta esta ciudad cosmopolita. Este año el Carnaval de Ámsterdam se realizará el sábado 18 de febrero y como todos los años la ciudad de vestirá de gala para ver y escuchar los sonidos de los bailes.
El carnaval se inicia después que el Alcalde entrega simbólicamente las llaves de la ciudad al Rey del Carnaval. Mientras dura la fiesta, el Rey del Carnaval es el dueño de la ciudad e impone todas sus reglas en función de transformar la formalidad, la tristeza y las obligaciones en alegría colectiva. Durante su reinado la ciudad se viste de plumas, brillos y colores brillantes.
Esta celebración, que ha sumado a los habitantes de Ámsterdam a la algarabía, tiene claras influencias de los carnavales latinoamericanos, especialmente del Carnaval de Río, puesto que es la comunidad que más relevancia tiene en su organización. Además este Carnaval ha influenciado la estética de la mayoría de estas celebraciones por ser uno de los más famosos del mundo.
Para los desfiles del carnaval, las comunidades latinas se preparan durante el año y cada una expresa con su música, bailes, coreografías y atuendos, la cultura más que la devoción religiosa. El Carnaval se simboliza con la celebración al dios Momo, una expresión pagana que rinde homenaje al dios de la mitología griega que representa el sarcasmo, la ironía y la burla. Momo era el dios de los escritores y poetas.
Junto con el baile, la música y la algarabía, el carnaval de Ámsterdam distiende la vida de sus habitantes naturales. A la fiesta callejera se suman actividades novedosas en restaurantes con especialidades latinoamericanas, que en este día se llenan de público en busca de comidas típicas y emociones que lo sumen al carnaval.
La bebida en la calle hace parte de estas celebraciones, puesto que la censura social se toma pausa. Los serios ciudadanos aprovechan de cantar, bailar y vestirse con disfraz o ropa colorida, recordándonos que en carnaval está todo permitido y que por un día podemos olvidar quienes somos, para vivir la ficción que deseemos.
Parte de la cultura holandesa del Carnaval es ir de bar en bar tomando y celebrando un día de reinado de la locura, mientras brindan tres veces con un grito de ¡Alaaf!. A ella se suman muchos visitantes y comunidades de grupos migrantes, que por un día los iguala en felicidad, aspecto que hace parte de la filosofía de los carnavales que se celebran en todo el mundo.
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