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“Tulipomanía”: El Día Nacional del Tulipán inunda de color Ámsterdam

Hablar de Holanda es hablar obligatoriamente de tulipanes. El Día Nacional del Tulipán, que se celebra el 17 de enero, marca el pistoletazo de salida de la temporada en el país bajo. Si hay una ciudad que lleve a gala esta fecha por todo lo alto, esa es Ámsterdam. Allí, en la Plaza del Dam, encontraréis el mayor jardín jamás visto de este tipo de flores. El centro de la ciudad se transforma en un festival de olores. Algo así como un arco iris gigantesco en el que pasear, comprar flores o simplemente hacer fotografías que no hará falta retocar con Instagram.

tulips day

Más que una tradición, el Día Nacional del Tulipán es para los holandeses su tarjeta de visita. Los cultivadores de la zona se frotan las manos cuando se acerca esta fecha. Quien quiera puede acercarse a la emblemática plaza y llevarse el primer tulipán del año de manera gratuita. Una vez instalado este jardín, queda inaugurada oficialmente la temporada, cuyo máximo esplendor tiene lugar a finales de abril e incluso mayo. Durante este tiempo los cultivadores hacen su agosto y esperan vender cerca de 1800 millones de tulipanes. Se pueden adquirir en puestos callejeros, en floristerías o en supermercados, donde durante unas semanas son el producto más demandado. Es su símbolo nacional. Es más, Holanda es el país que más tulipanes exporta en el mundo entero.

Todo este mercado en torno a los famosos tulipanes no surge de nuevas. Cuando hablas con los holandeses, te cuentan que hay decenas de historias reales y ficticias basadas en esta tradición. Por ejemplo, cuenta la leyenda que el primer tulipán fue fruto de la sangre derramada por un amor perdido. Los que sí que se sabe a ciencia cierta es que fue el botánico Carolus Clusius quien introdujo en el país hace ya 4 largos siglos la primera flor.

Si echamos un vistazo a los libros de historia, comprobamos que los tulipanes fueron los responsables de la primera gran crisis económica. Se conoce como “La Burbuja de los tulipanes”. Allá por el siglo XVII, momento de gran prosperidad en los Países Bajos, este tipo de flor era símbolo de riqueza y a los holandeses les dio por comprarlos de manera compulsiva. Sus colores y su atractivo convencieron a la gente de que invertir en tulipanes era una gran idea, un mercado al alza con pocos riesgos aparentemente, y fue entonces cuando los precios comenzaron a crecer. Tanto subieron que una sola flor se llegó a vender por unos 1.000 florines, mientras que el sueldo medio en el país era de 150. Muchos incluso llegaron a dejar su trabajo para cultivarlos. El riesgo era más alto de lo que se creía. La floración desde el momento de su cultivo se alarga 7 años y eso conllevaba altísimos riesgos. Esto demuestra que no es oro todo lo que reluce. La locura compradora acabó en crack bursátil.

Si queréis formar parte de la tradición, no dejéis de visitar Ámsterdam en esta época del año. Actualmente desde allí parten millones de estas pequeñas joyas con el fin de adornar los floreros de todo el mundo.

Twitter: @DianaRPretel