Una de las cosas más bellas de viajar es el aprendizaje que conlleva. Cada viaje nos hace mejores personas porque con él conocemos nuevas cosas, ya sea la historia de un país, las costumbres de su gente, un nuevo idioma,… Por todo esto un viaje viene a ser una de las maneras más interesantes y útiles para aprender, crecer y ampliar los propios horizontes. Pero cada viaje tiene que empezar con una “preparación” previa en términos de búsqueda de información práctica sobre el país al que viajamos. Si planteáis pasar algunos días en Estambul, la información que sigue es la que necesitáis saber para evitar sorpresas canallas: 1) Visado: No todos los países lo necesitan, así como no todas las nacionalidades tienen que pagar una tasa al llegar. Los que necesiten el visado, decirles que pueden obtenerlo en la aduana al entrar en Turquía, o bien pedirlo en el consulado turco. Lo mejor que podéis hacer es consultar todos los detalles sobre el visado antes de viajar. 2) Moneda y cambio: La moneda oficial de Turquía es la Lira Turca (Türk Lirası). Si no habéis tenido tiempo para cambiar el dinero en vuestro país, podéis hacerlo una vez en Turquía en una de las oficinas de cambio que encontraréis en el mismo aeropuerto, o bien en cualquier banco u oficina de cambio en las calles principales de la ciudad. 3) Corriente eléctrica y teléfono: La corriente eléctrica en Turquía es de 220 V 50. Los enchufes son iguales que en la mayoría de países Europeos (tipo C y F). El prefijo telefónico internacional es +90, el de Estambul europea de +212 y asiático +216....
Los que visiten la antigua ciudad de Estambul por primera vez, normalmente se pierden la singular experiencia del lado asiático de la ciudad. Con la impresionante arquitectura y las históricas y empinadas calles del lado europeo, el tiempo pasa demasiado rápido y, sin darte cuenta, ya es hora de volver a casa. Cuando planees tu visita a Estambul, acuérdate de guardar un poco de tiempo para ver algunos de los hitos más fascinantes, sonidos impresionantes y aromas y sabores típicos del lado asiático de la ciudad. La vida en el lado asiático se mueve a un ritmo diferente, muy diferente al barullo del gentío que hay alrededor de los las principales atracciones turísticas de la ciudad. De todos modos, no dejes que el bajo número de turistas te engañe -hay muchas cosas que ver y hacer. Aquí tienes algunos de nuestros lugares favoritos. El Mercado Kadiköy de los martes Esta debería ser tu primera parada en el Estambul asiático, y puedes llegar a Kadiköy con el ferry. El barco sale cada 15-20 minutos, así que no debería suponer ningún problema coger uno. Después de un apacible viaje de 25 minutos, llegarás al puerto de Kadiköy. Dirígete a Söğütlüçeşme Caddesi, donde se celebra el famoso mercado al aire libre de los martes. Si no te apetece caminar hasta allí, súbete al nostálgico tranvía que te llevará desde el mismo muelle del puerto hasta la parada de Altiyol. Desde ahí, puedes entrar por cualquiera de las entradas del mercado. Cómprate un pastelito y un café y disfruta mirando por el animado y colorido ambiente de mercado. Moda Este lugar ha pasado por tiempos mejores y hay gente que se lo mira...
Estambul es una ciudad que seduce y parte de ello es el incitante azul del Bosphorus o Bósforo, ese estrecho que separa a Europa de Asia y que ha servido para unir a dos mundos culturales. Es por esa razón que los viajeros no se pierden la oportunidad de realizar un tour que los lleve a recorrer un poco de la historia y disfrutar de ese placer. El Bósforo conecta al Mar Negro con el Mármara, convirtiendo a Estambul en la única ciudad que está en dos continentes, una parte está en Asia y la otra en Europa. Mide cerca de 30 kilómetros, la parte más estrecha mide 700 metros y en la unión con el Mar Negro alcanza los 4 kilómetros de ancho. Para que usted no gaste más de lo necesario y descubra los encantadores secretos del Bósforo, le daremos una serie de consejillos para sus vacaciones en esta ciudad. Lo primero que debe saber es que hay diferentes tour, unos que duran cerca de 1,5 horas, otros que duran más de 2 horas, llegando algunos a durar 6 horas. También los hay con visita guiada para conocer los entresijos de la historia. Todos los tours son muy agradables, aunque trate de cotizar y ver bien el asunto de precios, porque suele ocurrir que las tarifas en liras turcas (moneda local) las ponen en euros, sin considerar la diferencia en la moneda. Los tour comienzan por lo general a las 10:30, se aconseja llegar con 15 minutos de anticipación para la comprar el pasaje. En los meses cálidos vaya con ropa ligera y una buena dosis de...
En el occidentalizado y animado distrito de Beyo?lu, caracterizado por su célebre vida nocturna, sus galerías de arte y su seductora combinación de edificios de estilos neoclásico y art noveau, se encuentra un espléndido edificio de cinco plantas de mediados de la segunda mitad del siglo XIX la mayoría de cuyas salas, de ahí que lleve su nombre, están dedicadas a la obra de Burthan Dogançay, uno de los más importantes artistas turcos del siglo veinte cuya obra gira alrededor de la observación de los muros del amplio centenar de ciudades de todo el mundo a las que ha viajado en su vida. La impresión que estos muros dejan en él en el momento de contemplarlos se materializa después en forma de pinturas, obra gráfica, fotografías, tapices o esculturas. Hasta el próximo 23 de septiembre Istanbul Modern, el Museo de Arte Moderno de Estambul, también situado en Beyo?lu, le dedica una amplia retrospectiva comisariada por Levent Çal?ko?lu coincidiendo con los primeros 50 años desde que empezara a desarrollar su fascinante trabajo (http://www.istanbulmodern.org/en/exhibition/upcoming-exhibitions/fifty-years-of-urban-walls_824.html) En efecto, Burhan Do?ançay comenzó su particular y cautivadora exploración de la cultura urbana contemporánea a través de los muros de las ciudades que visitaba a principios de los años sesenta. Su actitud es afín a la de un antropólogo que estudiara con detalle y sin renunciar a la intuición los signos de una cultura remota, sólo que las marcas que él examina y observa con atención son aquellas presentes sobre las superficies verticales de las urbes contemporáneas: desde pósters enteros o en jirones una vez maltratados por el roce y el tiempo hasta consignas políticas, declaraciones...
Çiçek Pasaj? (que significa literalmente el Pasaje de las Flores en turco), originalmente llamado Cité de Péra, es un pasaje histórico famoso (galería o arcada) en la Avenida ?stiklal, en el barrio de Beyo?lu en Estambul, famoso por sus bares, restaurantes y discotecas. Resumiendo, se podría llamar el corazón de Estambul que más gente atrae. Según una encuesta reciente, el Pasaje de las Flores es la primera cosa en que uno piensa cuando se le menciona el barrio de Beyo?lu. Al principio, sólo floristas vivían en Çiçek Pasaj?, pero poco a poco los floristas y otros residentes de los pisos se mudaron y hoy sólo queda el nombre. Lo que puedes encontrar en el ´Pasaje de las Flores´ son nueve restaurantes, cuyas mesas están llenas de autóctonos y turistas cada noche, que han venido a pasar una velada entretenida, comiendo, divirtiéndose y disfrutando de la compañía de los demás con platos de meze (un plato típico turco), kebabs tradicionales, marisco, postres y muchas copas de rak? turco, que es una bebida alcohólica tradicional turca. Como no, la cerveza y el vino tampoco faltan. Los estándares de los restaurantes son similares, pero mi favorito es Seviç, que es uno cuyos clientes son normalmente periodistas, escritores y artistas. Aunque no tengas pensado comer allí, casi cada noche tiene un ambiente auténtico y ameno con músicos que tocan instrumentos típicos turcos y cantan canciones acompañadas por platos de meze y rak? turco. En 1997, una famosa periodista declaró lo siguiente sobre el ´Pasaje de las Flores´: ´Es nuestra primera parada durante las noches en Beyo?lu,… antes de volver a casa, puedes echar una cabezadita y desfogarte con tus amigos. El Pasaje de las Flores llena...
Estambul es la ciudad de los mercados, los olores fascinantes y los mil colores. A eso le sumamos todo su encanto natural, que está provisto de una geografía accidentada y la belleza del Mar de Marmara y el Bósforo a ambos lados de la ciudad, y le ponemos esa pizca de singularidad que le da ser el punto de encuentro entre dos mundos: occidental y oriental, tenemos el mejor lugar del planeta para pasear y conocer. A pesar que Estambul es una ciudad con muchos lugares muy modernos, uno de los deleites es ir a mirar y comprar en los pequeños y grandes mercados. Como sabemos que le gustará conocerlos en su próximo viaje, le anticiparemos algunos detalles sobre sus ellos y qué puede encontrar en cada uno de ellos. Sali Pazar es el mercado callejero más grande y tradicional de Estambul. Este mercado atiende todos los martes en el lado asiático de la ciudad, en Kadikoy y puede encontrar todo lo que imaginó y lo que omitió su imaginación. Hay maravillosos objetos para decorar su casa, entre ellos alfombras, kilims, almohadas, vasos preciosos para el té, ropa de hombre y mujer y otro ciento de productos que podrá negociar hasta obtener un precio increíble. Los miércoles puede ir a conocer y pasear por los mercados Yesilkoy y Fatih. Yesilkoy queda ubicado en Yesilkoy Cirpici y tiene 2.019 puestos donde se vende desde ropa, pasando por electrónica, hasta preciosos objetos de decoración y de uso en vidrio. Lo bueno de este mercado es que está ordenado por tipo de productos, así que puede elegir conocer la parte que más...
La antigua ciudad otomana, puente literal entre Europa y Asia, que sedujo a viajeros tan ilustres como Mata Hari, Agatha Christie, Ernest Hemingway o Greta Garbo, es hoy una urbe cosmopolita, abierta y tan receptiva a cualquier manifestación cultural que no pasa un día que no se celebre un evento de importancia. En esta línea, la de atraer a los músicos más señeros del panorama contemporáneo, se encuadra el concierto de Of Montreal el día 9 de mayo en la Sala Babylon de Estambul. Gira internacional de Of Montreal El casi veterano (llevan en activo quince años) grupo Of Montreal de gira internacional con su último disco (el décimo primero), “Paralytic Stalkcs”, recaerá en este cruce de caminos que es Estambul, tras recorrer Europa de norte a sur con conciertos en Helsinki, Oslo, París, Londres o Barcelona. Ha llovido mucho desde aquel año 1997 en el que lanzaron su primer disco, “Cherry Peel”, y el grupo capitaneado por Kevin Barnes se ha hecho un hueco en el panorama musical internacional con sus ritmos entre el pop-rock y la psicodelia setentera. Mucho se dice del particular estilo rítmico de Of Montreal: que si tiene reminiscencias de los Beatles, como si los temas de los de Liverpool no estuvieran grabados a fuego en las meninges de la población actual, que si hay influencia de Prince (lo aceptamos), que si se adivinan los ritmos nativos de La India y un millón de referencias más. Pero eso es lo que tiene la trans-modernidad sin fronteras en la que habitamos: que cualquier manifestación cultural es un caleidoscopio de trabajos anteriores. Pues bien, en...
El palacio Topkapi se encuentra entre el Mar del Mármara y el Cuerno de Oro, ofreciendo una increíble vista del Bósforo, el estrecho que por un lado une el mar de Mármara con el mar Negro y por otro separa los dos continentes, Asia y Europa. Fue declarado patrimonio de la UNESCO en 1985. El complejo del palacio consiste en 4 patios principales y pequeños edificios adyacentes. En su época de esplendor, albergaba a más de 4000 personas y cubría una vasta área en la ribera. El complejo se fue extendiendo con el paso del tiempo. La mayores renovaciones tuvieron lugar a principios del siglo XVI, posteriores al terremoto que azotó la ciudad y en el siglo XVII tras un incendio. El palacio contiene mezquitas, un hospital, panaderías y una casa de la Moneda. El palacio está gestionado por el Ministerio turco de Cultura y Turismo y custodiado por oficiales del ejercito turco. Tiene centenares de habitaciones y cámaras en las que encontramos portaestandartes de la arquitectura otomana con amplias colecciones de porcelana, vestidos, armas, escudos, armaduras, manuscritos islámicos, miniaturas, murales y los máximos exponentes de joyas y tesoros otomanos. La estructura del palacio es bastante compleja, con pequeños edificios construidos alrededor de los patios interconectados a través de galerías y pasajes. En general los edificios son de una única planta. Intercalados hay maravillosos árboles sagrados, jardines y fuentes. De esta forma se transmitía una atmósfera relajante a los habitantes del palacio teniendo las puertas y ventanas de cara a los patios lo que proporcionaba aire fresco para los duros veranos en Estambul. El palacio es un vasto rectángulo,...
En una entrada relativa a Roma de este fabuloso cuaderno de bitácora comentábamos aquella hermosa escena del Espartaco de Kubrick en que al cabecilla de los gladiadores tras escuchar el recitado de una conmovedora canción de ecos gnósticos acerca del retorno al hogar (“Cuando el sol resplandeciente se retiraba del cielo/ Cuando el viento exhalaba su último suspiro en la montaña/ Cuando no se escuchaba ya la alondra en los prados…/ Cuando la espuma del mar dormía como una muchacha/ Y el crepúsculo rosado acariciaba el mundo/ Volvía a casa) lo vence el deseo y la tristeza de sólo saber pelear, de no ser capaz de cantar canciones hermosas y hacer que la gente crea en ellas, de no saber leer ni escribir, de no saber nada, de sentirse ignorante. De desconocer, por ejemplo, por qué no se caen las estrellas del cielo y los pájaros, por qué el sol abandona la escena al caer la noche, por qué la luna cambia de forma, de dónde procede el viento. Su gran amor Varinia, tras mirarle inolvidablemente, responde a esta última pregunta hablándole de una cueva lejana en el norte donde duerme un joven dios cuyo aliento anima y agita los vientos de la noche cada vez que suspira soñando con una muchacha. Tal vez nunca haya habido nada que saber en absoluto, tal vez toda experiencia sea en rigor incomunicable, tal vez todo conocimiento se base exclusivamente en la fábula. Pero nuestra necesidad de saber es tan grande que no podemos vencer la querencia de legitimar las historias que nos inventamos para tranquilizar nuestro ánimo. La verdad, en efecto,...
En el prólogo a su extraño libro de poemas La más viva sorpresa, la firmeza de mi carácter, que ofrece diferentes posibilidades de lectura en ninguna de las cuales se tiene la sensación de que los poemas terminan y puede ser entendido en su integridad como una suerte de glosa al libro de Georges Perec Especies de espacios, el escritor de Samoa Albert Hanover nos hace partícipes de la sensación de pavor, indefensión y desconcierto, también de rara atracción, que desde niño le habían provocado, en armonía con su interés por los confines de las cosas, los límites de las ciudades. Había, enseguida se dio cuenta, siempre un lugar, en realidad múltiples lugares, donde las ciudades se acababan. Naturalmente era consciente de que por la misma razón podría decirse de ellos que eran puntos donde las ciudades empezaban pero lo cierto es que siempre tuvo la sensación de que las cosas no eran exactamente así, de que los lugares donde las ciudades terminaban raramente coincidían con aquellos donde empezaban. Quizás por esta obsesión se le había grabado tan a fuego vivo en la memoria, que bien sabía, sin embargo, era un espacio habitado por la imaginación y por tanto en continuo movimiento creador de imágenes, cosas como el paseo nocturno de Leonard Bast en Howards End, quien intentando seguir las estrellas tal como se describen en cierto libro, antes de que pudiera darse cuenta había salido de Londres y acababa perdido en un bosque, o el testimonio del actor, director teatral, escritor y cineasta español Fernado Fernán-Gómez relativo a su manera particular de celebrar el fin de la guerra(...