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48 horas inolvidables en la capital de Eslovenia ¡Ljubljana!

¿Alguna vez has hecho un tour por Europa Central? Hungría, República Checa o Eslovenia son unos maravillosos y enigmáticos destinos que están cada vez más de moda. Una exuberante naturaleza, una cultura fascinante, y sobre todo mucha historia que ve reflejada en edificios, monumentos, calles y plazas son algunos de los ingredientes que nos atraen a estos lugares.

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Hoy vamos a hablarte de Ljubljana, la capital de Eslovenia. Te vamos a dar algunas de las claves más importantes para conocer esta increíble ciudad en caso de que no tengas mucho tiempo para pasar en ella. Vamos a describir los puntos más importantes por los que tienes que pasar, pero sin hacer incapié en el orden de visita, ya que es preferible que cada cual diseñe su ruta.

No podemos evitar empezar por lo imprescindible y es que el Castillo de Ljubljana es todo un símbolo de la ciudad. Vigilando toda la ciudad encima de una colina se encuentra este imponente castillo. Una visita perfecta para empezar nuestro tour y ver lo que nos espera o para terminar y ver desde las alturas todo lo que hemos recorrido. El castillo data del siglo IX y hoy en día alberga distintos eventos culturales (conciertos, exposiciones, etc.), así que tal vez tengas suerte. Podemos subir a él en funicular o caminando y las dos opciones son muy recomendables.

¡Puentes, puentes y más puentes!Cuando nos adentremos en la ciudad vamos a descubrir varias cosas. La primera es que pasear por esta capital es una gozada, ya que tiene mucha actividad en sus mercados y la segunda es que seguro que cruzarás varios puentes. De visita obligada son el Puente de los Dragones, el Puente Triple y el Puente de los Zapateros.

Si nos interesan las iglesias hay dos que no podemos perdernos: la Iglesia Franciscana de Ljubljana y la Catedral de San Nicolás, también llamada Stolinica.

También podemos visitar el luminoso parque de Zvesda y una de las plazas más bonitas de la ciudad es sobre la que se asienta el ayuntamiento. En ella podemos apreciar la fuente de Robba, con detalles barrocos.

Pero ¡En algún momento tendremos que comer! Pues nada más placentero porque la gastronomía que encontraremos en Ljubljana vale mucho la pena. Se trata de una cocina que suele fusionar algunos platos de países colindantes como Serbia o Croacia y también tiene influencia germánica. Algunos platos que podemos llevarnos a la boca son la sopa de setas, la gibanica, el hojaldre de queso, strudel de manzana y por supuesto pescado.

Y no podemos irnos de la ciudad sin disfrutar una de sus maravillosas noches. Un plan perfecto es pasear a orillas del río. Las velas que decoran las terrazas de los distintos restaurantes nos envuelven en un aura romántica.

¡Ahora ya estás preparado para 48 horas inolvidables!

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