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Musicales en Madrid

Pese a ser a menudo blanco fácil de cierto sector de los snobs tanto de la música como del teatro supuestamente serios, lo cierto es que los musicales poseen un poder de fascinación difícilmente desdeñable para todo aquel que haya vencido sus prejuicios y haya tenido la suerte de asistir a uno de los buenos.

musicales madrid

Pero con independencia de la calidad de la producción, el musical constituye desde más de un punto de vista un fenómeno que representa algunas de las características más esenciales y atractivas de las artes escénicas, empezando por el principio de suspensión de la incredulidad. Todo lo que ocurre en un musical, no importa lo disparatado o poco realista que sea, se acepta por parte del público sin protesta y sin escándalo en lo que a verosimilitud se refiere en virtud de una de la más antiguas de las convenciones dramáticas, lo que abre un asombroso abanico de posibilidades para la ilusión y el juego que resulta enormemente atractivo tanto para el espectador como para los artistas del teatro. Si a esto añadimos el espectacular despliegue de medios que a menudo acompaña al género y a menudo una sensibilidad contemporánea afín a los medios artísticos de nuestro tiempo, podemos afirmar sin vacilación alguna que la contemplación de un buen musical puede ser comparable en intensidad, hondura y emociones a la de cualquier otra manifestación teatral, por muy vestida de alta cultura que ésta se presente.

Desde hace al menos una década, la Gran Vía madrileña ha apostado firmemente por los musicales con la quimérica intención de poder competir algún día con la calidad y variedad de oferta del West End londinense. Desde luego el escenario urbano difícilmente podría ser más propicio. De entre los musicales que el visitante podrá ver en enero destaca con luz propia la recreación en el Teatro Lope de Vega (Gran Vía, 57) de la producción original del Rey León de Julie Taymor. Dirigida por ella misma, se trata de uno de los grandes acontecimientos teatrales de los últimos diez años

Clásicos también, si bien de otras épocas son tanto Chicago, uno de los grandes éxitos de los años noventa popularizado al máximo por su estelar versión cinematográfica, que puede verse en el Nuevo Teatro Alcalá (Jorge Juan, 62), con un reparto encabezado por el magnético Manuel Bandera, como Hair (Teatro Arteria Coliseum, Gran Vía,78) el musical por excelencia de los años sesenta, de particular relevancia ahora que estamos en el mismísimo umbral de esa mísmisima era Acuario en la que hay tantas esperanzas depositadas desde hace más de cuarenta años.

Finalmente, para los que prefieran inclinarse por el sabor local, en el teatro Rialto (Gran Vía, 54) Más de 100 mentiras usa las canciones del aclamado Joaquín Sabina para tejer una historia de ciertos tintes noir impulsada por el amor, la venganza y la amistad.

 

Cuando alquile apartamentos en Madrid este enero, venza sus prejuicios si le queda alguno y anímese a disfrutar, en caso de elegir bien, del incomparable poder de seducción que puede llegar a tener un buen musical.