Hasta el 7 de junio se presenta en reestreno la obra maestra de Mozart, Las Bodas de Fígaro, en la Opéra Bastille con la puesta en escena de Giorgio Strehler e interpretada por los mejores solistas del mundo, Bárbara Fritoli en el papel de la Condesa Almaviva y Ekaterina Syurina como Susanna.
Las bodas de Fígaro es una ópera bufa en cuatro actos, compuesta por Wolfgang Amadeus Mozart sobre un libreto del poeta italiano Lorenzo da Ponte, quien se inspiró en la comedia Le marriage de Figaro de Pierre Agustín Caron de Beaumarchais. Mozart conoció a da Ponte en la casa del padrino de su primogénito, el barón de Wetzlar, y comenzaron a interesarse en musicalizar la obra satírica de Beaumarchais. Da Ponte era un aventurero nacido en Venecia que había abandonado su votos de castidad eclesiásticos para dedicarse a la literatura, llegando a ostentar el cargo de dramaturgo de la corte imperial. Su carrera de funcionario de la corte no le había significado grandes retos, así que la aventura de escribir un libreto de adaptación de la obra de Beaumarchais fue un desafío importante.
Su estreno fue en Paris, sin embargo, la obra despertó enormes sospechas por tratarse de una obra inspirada en los textos de un servidor de la Revolución Francesa que gustaba de la sátira para reflejar las relaciones de poder de una nobleza decadente.
El emperador José II se opuso a que fuera exhibida en Viena, una de las plazas más importantes para la ópera en esa época, por considerarla un mal augurio y demasiado peligrosa por su temática. Mozart y da Ponte lo convencieron de presentarla comprometiendose a rehacer el libreto, borrando todo aquello que hiriera la decencia y el buen gusto. A partir de entonces, el quinto acto fue borrado de un plumazo y 5 personajes desaparecen de la obra. La crítica social de Beaumarchais quedó eliminada y el gran proyecto de Mozart convertido en una descafeinada ópera bufa. Finalmente pudo estrenarse a tablero vuelto en Burgtheater de Viena el 1 de mayo de 1786 y fue aclamada por el público, pero sólo duró nueve representaciones.
Tanto la ópera como la obra de Beaumarchais se basan en los derechos abusivos que tenía la nobleza con sus subditos. En ella Susanna y Fígaro preparan su boda, pero su amo y señor, el conde Almaviva no está dispuesto a dejar su derecho de pernada que obliga a Susanna a ser poseída por Almaviva. Susanna es camarera de la condeza y ella está indignada por la permanente infidelidad del conde. Estos celos, sumados a las artimañas de Fígaro y Susanna para esquivar al conde, dan origen a una serie de intrigas que van develando pasiones carnales y ligeras desviaciones de los personajes. Finalmente, todos terminan felices, como en una novela rosa, y los gorjeos de las voces femeninas lo anuncian.
A pesar de toda esta historia de censuras a la obra de Beaumarchais, Las bodas de Fígaro es una maravillosa ópera por su teatralidad y la maravillosa musicalización que hace de Mozart uno de los hombres más grandes de todos los tiempos.
Para más información http://www.operadeparis.fr/cns11/live/onp/Saison_2010_2011/Operas/spectacle.php?lang=en&event_id=1308&CNSACTION=SELECT_EVENT
Nancy Guzman
Para disfrutar de este maravilloso espectáculo musical que es la ópera, no deje de asistir a L’Opéra Bastille si se encuentra en unos de esos maravillosos días en apartamentos en París