Uno de los grandes atractivos del Festival Off PHotoEspaña 2011 que se celebra en Madrid hasta el próximo 22 de julio es la selección de 31 fotografías de Robert Mappelthorpe tomadas entre 1976 y 1989, año de su muerte por sida, que ha realizado Pedro Almodóvar para la Galería Elvira González (http://www.galeriaelviragonzalez.com/), representante exclusiva de la obra del artista americano en España desde 2011.
Acaso resulte difícil imaginar alguien más idóneo que Almodóvar, quien sin embargo ha tenido que hacer su elección dentro de los límites impuestos por una selección previa realizada por la Fundación Robert Mappelthorpe, para trazar un recorrido personal por la obra de uno de los más sugerentes, interesantes, icónicos e influyentes fotógrafos del siglo veinte. Por un lado, al igual que Mappelthorpe, las películas de Almodóvar a menudo se han caracterizado por una mezcla inaudita de clasicismo formal y estilístico, de limpio y riguroso esteticismo, y la manera en que abordan con naturalidad temas, situaciones y personajes situados en las orillas de lo socialmente aceptable, sino de pleno en la marginalidad más absoluta.
Naturalmente no es posible tal vez imaginar la obra de ninguno de los dos sin el precedente de Warhol y el mundo por él creado en los tiempos en que The Factory funcionó como un faro de luz vibrante, luminosa y filosa, a medio camino entre Camelot y la Corte de los Milagros, de la creatividad de los años sesenta, una casa de puertas abiertas que dio acogida a un grupo memorable de artistas de vanguardia, consumidores de drogas, travestidos y personajes de sexualidad ambigua que a ritmo de rock and roll y Martha and the Vandellas en su subversiva, maldita y hermosa danza pansexual de conciencia oceánica transformarían para siempre, borrando los límites entre la alta y la baja cultura, el arte y la vida moderna.
Mappelthorpe y su inseparable camarada y compinche Patti Smith—un extraordinario retrato de la cual, junto a un autorretrato, marcan el punto inicial del recorrido por la galería—vivieron hambrientos de arte y catarsis la resaca de esa edad dorada y oscura merodeando cada noche por el club de rock Max´s Kansas City, convertido en el refugio de Warhol y su séquito en el último tramo de la década, desde los últimos estertores de los años sesenta.
En cuanto a Almodóvar, podría proponerse que ofició durante los años setenta y ochenta como una suerte de continuador del legado de Warhol, o al menos un portador de su antorcha, durante los años más underground del periodo que se dio en llamar la Movida madrileña.
Su selección de fotos, buena parte de ellas de alto contenido erótico, cubre cuatro de los temas favoritos del artista: los cuerpos, los penes, las flores (imposible al verlas no pensar de alguna manera en los inolvidables y sugerentes cuadros de Georgia O´Keeffe) y el rock (Mappelthorpe fue el autor de una de las fotos más célebres e icónicas de su historia, la cubierta del seminal álbum de Patti Smith Horses)
Paul Oilzum
Habría también tal vez que añadir la muerte, tal vez incluso relacionada con ese misticismo del que, según las palabras de Patti Smith, supo imbuir a la homosexualidad masculina de modo no completamente diferente a como lo hiciera Genet. No se pierda esta conmovedora muestra cuando alquile apartamentos en Madrid