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Pueblos costeros en los cuatro puntos cardinales de España

Norte, sur, este y oeste. España puede alardear de pueblos costeros como pocos países. Pueblos con encanto, muy distintos entre sí, y con tradiciones arraigadas que vamos a descubrir en este post. Os propongo 4 municipios que os dejarán huella, no sólo por sus habitantes y su patrimonio cultural, sino por su belleza interior. Sí, habéis leído bien. La belleza interior no es sólo propia del ser humano, sino que hay rincones en España que esconden grandes baluartes que sólo estando allí seréis capaces de descubrir.

Luarca, Asturias

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Empezamos por el norte. Este pequeño pueblo enamora. Su puerto, los colores de sus embarcaciones, sus gentes y sus acantilados teñidos de verde hacen de este rincón asturiano un lugar ideal para encontrar la paz. La vida en Luarca gira en torno a la pesca. Cada mañana, los pescadores salen a faenar bien pronto, y a la vuelta es un espectáculo ver cómo descargan la pesca diaria y enrollan de nuevo sus interminables redes. Por la tarde, os recomiendo que visitéis el famoso barrio de la Pescadería, uno de los más conocidos y típicos de Luarca. Y no nos olvidemos de su puerto, uno de los más importantes de la cornisa cantábrica.

Barbate, Cádiz

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Seguimos por el sur. El núcleo urbano de Barbate abarca también Caños de Meca y Zahara de los Atunes. Si tuviera que definir el pueblo de Barbate con varias palabras serían pesca, almadraba, blanco, hippies, relax, zen y vida. Pesca, porque es un pueblo de pescadores, donde se pesca la mejor almadraba de Europa. Un lugar mágico que además tiene un importante patrimonio natural: Las Marismas de Barbate y el Parque Natural de la Breña. En plena Costa de la Luz, el color que predomina es el blanco. Y quizá por eso, el blanco de sus casas no es un blanco normal sino un blanco neutro. Creeréis estar en una postal.

Concello de Muxía, A Coruña

Ermita de la Virgen de la Barca

Viajamos hacia el oeste de España. Este impresionante lugar, bañado por la Costa Da Morte, forma parte del camino de Santiago. En su momento fue uno de los pueblos más azotados por el chapapote que dejó el Prestige, pero afortunadamente ha logrado recuperarse y volver a brillar como antaño. Han sido años muy duros, teniendo en cuenta que los habitantes de Muxía viven del turismo y la pesca. Uno de sus atractivos es, sin duda, la Ermita de la Virgen de la Barca, fundada por los Monjes de Moraime en la Edad Media y con vistas al mar. La Iglesia sobrevivió a un incendio provocado por un rayo en el año 2013 y, aunque el retablo mayor quedó muy dañado, podríamos decir que es un milagro se siga de pie. Quizá las meigas evitaron su destrucción total o la misteriosa “Pedra d´avalar” situada muy cerca de la ermita. Por cierto, cuenta la leyenda que únicamente los inocentes son capaces de balancearla. ¿Os atrevéis a probarlo?

Altea, Alicante

Altea, jardin de los sentidos

Acabamos este recorrido en el este. Gracias a su ubicación, entre el mar y las montañas, Altea cuenta con un microclima muy particular. Prueba de ello es su extraordinario Jardín de los Sentidos, un jardín botánico único de 3000 metros cuadrados que muchos describen como un remanso de paz similar al paraíso. Pero Altea es mucho más que su jardín y sus playas empedradas. Quizá lo que más llama la atención de sus visitantes son sus coquetas plazas, sus laberínticas y empinadas calles y, cómo no, su casco antiguo. Allí encontraréis durante todo el año vendedores de artesanía, artistas, músicos callejeros, y comercios hippies que hacen de Altea un lugar único en el mapa de la Comunidad Valenciana.

Twitter: @DianaRPretel