Todas las ciudades merecen ser vistas desde las alturas. Y en muchas de ellas es posible pasear, comer o tomarse una copa disfrutando de panorámicas propias de una postal. Ya os avanzo que en este post vamos a hacer un recorrido por algunos de los puntos en los que la gran urbe quedará a vuestros pies. ¿Os atrevéis a subir conmigo?
Bogotá a vuestros pies, Colombia
Monserrate es el punto más alto de la ciudad, y como no hay nada más alto, podemos afirmar que del cerro que corona Bogotá las vistas son inmejorables. La cima está a 3152 metros, pero subir merece la pena. Arriba se encuentra la Basílica del Señor de Monserrate y el Santuario del Señor Caído, dos lugares de peregrinación para muchos y ambos de estilo colonial. En este caso podréis ascender de tres formas: a bordo del teleférico, en el funicular o caminando (os advierto que la tercera opción es dura). Lo ideal, a mi juicio, es subir en funicular o teleférico y descender caminando si el calor no aprieta demasiado. Y ya que estáis, os aconsejo que os quedéis a comer o a cenar allí. Hay numerosos restaurantes y las vistas no tienen precio.
Las colinas de Sarajevo, Bosnia
Sarajevo se encuentra en medio de cinco colinas que, durante la Guerra de Yugoslavia, utilizó el ejército serbio para bombardear la ciudad. Pasados los años, los bosnios han perdido el miedo a subir hasta allí y los cerros se han convertido en lugares donde es posible huir del bullicio. Como Sarajevo se ubica justo en el centro, desde todas las colinas las vistas son espectaculares: Descubriréis las fortalezas Yellow Fortress y White Fortress, los cementerios de Kovači, Koševo, Alifakovac, el cementerio judío o el Ayuntamiento, con sus imborrables huellas de la guerra que destruyó la ciudad en los años 90.
Las dos caras de Budapest, Hungría
Como todo el mundo sabe, la capital húngara está dividida en dos: Buda y Pest, separadas por el Danubio. Pues bien, en este caso desde Buda se puede ver perfectamente Pest. Es un fenómeno que se produce en pocas ciudades, con dos alturas separadas por cientos de metros, con dos estilos arquitectónicos, con dos pueblos que ahora están unidos y dos historias. Para lograr las mejores vistas de Budapest hay que subir hasta Buda caminando o en un funicular, que os llevará a lo más alto. Desde allí veréis el skyline, con el Danubio a vuestros pies, y presidido por el Parlamento húngaro (considerado uno de los más bonitos de Europa). Detrás, el barrio judío. Y delante, puentes históricos como el famoso Puente de las Cadenas. Esa es la típica fotografía de postal de Budapest, también llamada la Perla del Danubio.
Sentirse como un rey en Estocolmo, Suecia
Aquí tenemos el ejemplo de otra ciudad dividida. 14 islas forman Estocolmo, aunque el casco viejo y desde donde encontraréis las mejores vistas es en la isla de Gamla Stan. Mi consejo es que busquéis el edificio Gondolen y toméis el ascensor Katarina, un ascensor exterior de 35 metros que os llevará a ver Estocolmo desde otro punto de vista: abajo queda el Palacio Real, el Ayuntamiento, el Puente de las Coronas, el Museo Nacional, la Plaza Stortorget, la Academia Sueca y el Museo Nobel, el Lago Malarën y, al otro lado, el Mar Báltico. La pasarela del edificio Gondolen se ha convertido en un lugar muy romántico para los jóvenes y adolescentes suecos porque, entre otras cosas, se encuentra a escasos metros de la supuesta casa de Lisbeth Salander, la protagonista de la famosa saga literaria Millenium que creó el gran Stieg Larsson. Para los curiosos: se supone que la casa de la joven está en el último piso del edificio de la calle Fiskargatan, número 9.
Twitter: @DianaRPretel