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La primavera es una época del año ideal para hacer un alto en el camino y relajarse en un buen balneario. En Budapest el agua es un estilo de vida. Para los húngaros acudir a este tipo de baños o balnearios urbanos es una manera de socializarse y pasar un buen rato con amigos mientras se relajan y charlan de sus cosas. Sin embargo, para un viajero los baños termales de Budapest son una visita obligatoria.
Uno de los balnearios más importantes y posiblemente más atractivos de la ciudad es Széchenyi. Está situado justo detrás de la Plaza de los Héroes, una zona noble de toda la vida y hace unos años sólo residía la clase alta de Budapest. Una vez dentro, os sentiréis como en un palacio, en este caso, de principios del siglo XX. Tiene 3 piscinas exteriores y 15 interiores, con una decena de saunas y dos baños turcos. Y sinceramente, haga el tiempo que haga ahí fuera los Baños de Széchenyi se llenas a diario de locales y turistas. Es muy curioso, y enseguida os daréis cuenta, que hay muchos jubilados que van allí a jugar al ajedrez. Montan auténticas timbas a pie de jacuzzi mientras se relajan, en las piscinas exteriores. En la parte superior están las salas de masaje, pedicura y depilación, que por supuesto cobran aparte. La entrada solo al balneario cuesta unos 15 euros el día completo (4.600 florines) y 12 medio día (3.800 florines). No es muy caro teniendo en cuenta que pasaréis un día estupendo a remojo.
Otros baños muy famosos de Budapest, además de los de Széchenyi, son los de Király. Bonitos donde los haya, se ubican dentro de un antiguo edificio de estilo Otomano. Ya solo el edificio en sí merece la visita, aunque no hagáis uso del balneario. El edificio fue construido por los turcos allá por 1565 Si el anterior era grande, este lo es más. Cuenta con más de 120 piscinas termales y unas 400 minerales que emanan de 14 fuentes. Sus aguas calcáreas terapéuticas procedentes de la Isla Margarita son muy recomendables para los huesos y las articulaciones. El precio es muy similar al anterior.
Sin embargo, los más conocidos de Budapest y los más visitados de todos son los Baños Gellert. De hecho su fama trasciende a nivel mundial porque su piscina principal, la más grande, ha salido en muchísimas revistas e incluso en un anuncio de televisión de los yogures Danone: el mítico spot de “Cuerpo Danone”. El caso es que este edificio, también histórico, se levantó en 1918 y a día de hoy se encuentra en el interior del Hotel Gellert, a pesar de los que los baños son anteriores a su construcción. Lo mejor de este balneario son sus vistas al río Danubio y a los puentes que unen Buda y Pest, como el famoso Puente de las Cadenas. Desde luego, su emplazamiento es un privilegio. El precio de un día completo es para los adultos de 15 euros y para los niños sólo 10.
