Todo lo tienes preparado. Has reservado alguno de los buenos apartamentos en Berlin El equipaje está listo, los billetes y la documentación. El viaje se produce sin sobresaltos. Llegas a tu alojamiento, preparado con mimo y que ya conocías de forma online y… cuando todo parecía perfecto, resulta que te has olvidado algo importantísimo. Puede ser que tengas alguna dolencia crónica o que te duela la cabeza o que te haya dado un ataque de alergia (a mí me da en los sitios más insospechados) o que se hayan quedado los pañales del bebé en casa o que quieras comprar algún producto cosmético especial. Entonces te preguntas qué hacer.
Lo primero es conservar la calma y saber que, a pesar de que los servicios nocturnos no se prodigan mucho en la capital germana, hay varias farmacias de 24 horas que no son farmacias sino verdaderos centros de investigación y de comercio, que están abiertas siempre. Y siempre es todos los días del año, las veinticuatro horas al día. Si ya son altas horas de la noche y no te apetece salir a la oscura noche berlinesa, puedes pedir lo que solicitas (que seguro que lo tendrán, tal es la envergadura de las instalaciones) y te lo llevan por mensajería. Aquí están los datos de una de ellas.