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Consejos de viaje
Cómo paliar los efectos de un largo viaje
Diana Rodríguez Pretel
Cualquier viaje que se precie debe servir para desconectar, para darse palizas en forma de caminata, pero también para recargar las pilas y afrontar de la mejor manera posible la vuelta al trabajo. A menudo, el precio no económico que hay que pagar por disfrutar de unas merecidas vacaciones son los vuelos de larga distancia: siempre incómodos y aburridos. Para minimizar los inconvenientes más comunes de pasar tantas horas en el aire, ahí van algunos consejos que ayudarán a paliar los síntomas del llamado «síndrome de la clase turista».
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Un buen masaje en las piernas y en pies antes del viaje: Lo ideal es que la sangre circule muy bien y las piernas aguanten sin problemas la presión ahí arriba. Tanto los pies como las piernas tienden a cargarse en los aviones, e incluso si el vuelo es largo se os podrán hinchar. Se puede prevenir con un masaje previo al vuelo o al menos vuestras piernas tardarán más en hincharse. Durante el vuelo, también podréis hacer una serie de ejercicios que luego os detallo.
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Beber agua regularmente: Estar hidratado es muy importante cuando volamos. Hay veces que perdemos la sensación del tiempo ahí arriba y no bebemos suficientes líquidos. No es bueno. Te aclimata y se lleva mejor lo de la presión. Además, beber os servirá como excusa para ir al baño. Y así moveréis las piernas de vez en cuando.
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Estiramientos en el aire: Pasear durante el vuelo es muy bueno para que la sangre fluya y no se os hinchen las piernas, y como complemento también es muy útil hacer estiramientos. Los músculos suelen pasar mucho rato en la misma postura, encajonados en un espacio pequeño, a 30.000 pies de altura y lo normal es que se queden un poco “atrofiados”. Los estiramientos os ayudarán a recuperar flexibilidad y, sobre todo, que al llegar no os duela el cuerpo entero.
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No llevar ropa ni calzado demasiado apretado: Intentad viajar con prendas de vestir sueltas. Mejor una falda o un pantalón ancho que un vaquero o unas mallas. Es otro de los factores que influyen en la mala circulación de la sangre. Cuanto más ajustada llevéis la prenda más se os hincharán las piernas. Pasa lo mismo con los zapatos y los calcetines. Mejor zapato suelto, abierto e incluso descalzos. Ayuda también llevar un reposapiés.
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No comer en exceso: Si coméis demasiado os sentiréis incluso más pesados de lo normal y no descansaréis lo suficiente durante el vuelo. Cuando uno acaba con el estómago lleno es muy complicado encontrar una buena postura para dormir. ¿No os ha pasado nunca?. Por eso las comidas que sirven en los aviones son raciones medianas tirando a pequeñas. Bueno, por eso y por el ahorro.
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Intentar dormir según el horario del país de destino: Lo más difícil de controlar, a mi juicio, es el jet lag. Llegaréis muy cansados si no dormís las horas necesarias o si no adaptáis el horario ala nueva situación. Dicen que los viajes de oeste a este se llevan peor que de este a oeste. Estos desplazamientos sientan peor al reloj biológico de las personas.
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Volver a la rutina: Si nada más llegar os metéis en vuestro “bucle” diario, probablemente os vais a estresar. Si el viaje es largo os recomiendo volver a casa al menos un día antes de que os incorporéis al trabajo. Ya no solo por intentar rebajar el llamado síndrome postvacacional, sino porque estaréis físicamente cansados. Aprovechad el primer día para recuperar todas las horas perdidas de sueño. Así seguro que recargaréis las pilas.
DianaRPretel