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El Pinacothèque de Paris reexamina la obra del artista noruego Edvard Munch (1863-1944) en una exhibición que se llama « Edvard Munch o el anti-grito ». Aunque este pintor es mundialmente conocido por su cuadro « el grito» hay literalmente mil motivos más para apreciar su obra. Munch fue increíblemente productivo a lo largo de su vida, y cuando murió, dejó más de 1.000 cuadros, 15.400 grabados, 4.500 dibujos y acuarelas y seis esculturas a la ciudad de Oslo. ¡Eso si que es más de un sólo grito!
La evolución de su pintura no se puede separar de su evolución personal, dado que su frágil salud, tanto física como mental, difícil vida familiar y su inestabilidad económica influyeron en su trayectoria artística. Sin embargo a través del arte encontró una manera de plasmar sus dudas existenciales, ansiedades y buscar una manera compulsiva de “abrirse el corazón”. Se rodeaba con artistas y escritores bohemios y nihilistas, y su vida personal en varias ocasiones le llevó a la violencia. La exhibición en El Pinacothèque, organizado en cinco secciones cronológicas para elucidar facetas menos conocidas de su trayectoria artística, está hasta el 18 de julio 2010.
Su obra tocó el simbolismo, naturalismo, impresionismo y el expresionismo, y también empezó hacer más y más retratos en la última etapa de su carrera. El éxito comercial de su obra le motivo a emplear la serigrafía para producir imágenes para la venta, como si fuera un prototipo de Andy Warhol, se debía en parte a la polémica que levantaba sus cuadros. Primero su arte fue condenado por la critica, luego por los nazis, luego fue reclamado (¡y hasta en algunas ocasiones notorias, robado!) como producto de un artista profundamente inspirador. Como dicen, toda publicidad es buena publicidad. Si alquilas apartamentos en Paris, seguro que no tendrás porque gritar; al contrario, tu estancia será de lo más agradable y cómodo.
