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El Museo Macro de Roma exhibe hasta el 30 de octubre la instalación Destino Comune de la artista conceptual italiana Esther Stocker, con la colaboración de la Galería Oredaria de Roma.
El Museo Macro está en la antigua cervecería Peróni restaurada en 1999. El edificio fue construido a principios del siglo XX en la vía Regio Emilia y fue recuperado por la riqueza de su arquitectura enclavada en un sitio especial, que mira a Roma en su plenitud. Junto al museo de arte contemporáneo hay librerías y restaurantes con la mejor cerveza de la ciudad, haciendo honor al origen del lugar.
Esther Stocker nació en Silandro, Italia, en 1970 y actualmente vive y trabaja en Viena. Comenzó a exponer en Italia a finales de los años noventa. Su trabajo geométrico impactó por la calidad estética y conceptual que trajo como recuerdo al pop art de los 60, pero la profundidad y la elaboración conceptual sobre la fragmentación que produce el sistema en el medio ambiente, tomado como aspecto natural y social, es lo que conmueve de su obra.
En Destino Comune, Stocker crea una estructura geométrica regular donde introduce pequeñas inexactitudes para denotar el daño del sistema completo. Las retículas están hechas del material industrial scotch negro, de resina, que se usa en arquitectura, sobre un fondo blanco, donde destacan las inexactitudes.
En la obra de Stocker todo es perfecto, limpio, sin elementos disonantes, sólo hay unas pequeñas alteraciones que el espectador debe encontrar para dar el sentido que debe tener. La artista juega con estas pequeñas imperfecciones para sorprender y hacer que el observador sienta curiosidad y trate de buscar el arreglo a estas imperfecciones. Es un juego que asimila a la sociedad y al sistema fijado en una red, donde todo parece perfecto, sólo hay que buscar las imperfecciones para iniciar el proceso para hacer los cambios.
Sus trabajos monocromáticos, donde lo esencial es el contraste, dan la sensación de algo que se está desarmando en una temporalidad indefinida. En su perfecta construcción reticular aborda el efecto hipnótico, al igual que la realidad juega con las imágenes, que de tanto verlas ya parecen desaparecer. El vacío entre las líneas que forman las retículas es perceptible como un elemento propio de la geometría espacial, que por medio de frágiles modulaciones da forma y precisión estructural.
La instalación juega con el minimalismo que da el blanco y negro -a los que algunas veces integra el gris en forma casi incidental – e invita a una suave re-evaluación de la forma en que conceptualizamos nuestro entorno más inmediato, las relaciones sociales que se construyen en un sistema ficticio, organizado como lo dicta la norma de un sistema que se basa en el orden, la limpieza y el rechazo al caos, no basado en emociones que hagan vivible lo natural que es el des-orden.
Para más información http://www.macro.roma.museum/mostre_ed_eventi/mostre/esther_stocker_destino_comune
Nancy Guzman
No todo lo que se pinta es lo que se ve, reza el dicho. Así es la experiencia de la obra Destino Comune. Así que si quiere vivir la experiencia hipnótica de ver las retículas que nos hablan de un sistema imperfecto, además tomar la mejor cerveza de Roma, sólo tiene que venir unos días a apartamentos en Roma y pasar por el Museo Macro.
