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Budapest es una de las ciudades más fascinantes de Europa. A pesar de ser occidental, acusa ciertos aires orientales que la hacen aún más atrayente. El viajero precavido, con antelación, dejará todos los preparativos realizados: desde la compra de los billetes de avión hasta la reserva de alguno de los buenos apartamentos en Budapest Pero aún así, y deseamos de todo corazón que éste no sea tu caso, puede que algo salga mal: un simple dolor de cabeza o un ataque de alergia puede estropear el viaje mejor planificado. Si eso sucede, también hay que tener previsto una farmacia cercana.
En húngaro “farmacia” se dice “gyógyszertár”. Así que hay que tener la palabra a mano para buscarla en su momento. Los horarios húngaros son un poco caóticos, por eso os pongo ésta que, además, de estar en el centro, de ser un establecimiento histórico (data de 1922), prometen tener las puertas abiertas más allá del horario oficial y que cierran bien entrada la noche. El lugar es bonito, con sus vitrinas modernistas de madera y sus antiguos botes farmacéuticos y, además, disponen de un amplio surtido de cosmética internacional y ecológica a disposición de viajero sibarita. Por tanto, quédate con la dirección que lo mismo la visitas por puro placer. Deseamos que así sea.
