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La palabra guiri, usada sobre todo en Cataluña, indica el estereotipo del turista extranjero, en particular de Europa del Norte.
Si cuando te vas de vacaciones llevas camisas hawaianas, sandalias con calcetines, bermudas y gorra con visera, si vas por ahí con enormes mapas de la ciudad y una cámara al cuello… Entonces, ¡cuidado! Podrías ser un guiri.
(Flickr: Francis Bourgouin)
En realidad, no hay escape: todos los turistas se convierten en guiris cuando llegan a una ciudad nueva. Pero descuida, el “efecto guiri” sólo dura unas semanas: en cuanto te adaptes a las costumbres de la ciudad y aprendas un poco el idioma, pasarás desapercibido.
