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Setti Fatma Moussem en Marrakech

No siempre es posible asistir, sin ser musulmán, a un evento de estas características. Este festival religioso local, que se celebra a finales de agosto durante 3 días en valle de Ourika (al Sur de Marrakech) es una experiencia integradora en la que enseguida os convertiréis en partícipes, además de observadores. Abrid los ojos, las orejas, exprimid vuestras papilas gustativas y retened todo aquellos que sintáis en Setti Fatma.

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Foto: Josep Renalias

El Setti Fatma  Moussem es una de las celebraciones más conocidas de Marruecos. Es un festival religioso pero está permitida la entrada a no musulmanes. Aunque no sea muy habitual. El único lugar donde no se puede acceder si nos sois musulmanes es la Koubba de Setti Fatma.  Los espectáculos religiosos se localizan allí, pero la mayoría de la programación de este festival magrebí tiene lugar en la aldea donde nadie os pedirá el “carnet de musulmán”. Es una experiencia 10 y cada vez hay más turistas que la disfrutan, así que en ningún caso os sentiréis fuera de lugar. Es uno de los 3 festivales más importantes del país y no tiene pérdida. Lo encontraréis en el valle de Ourika, a unos 60 kilómetros al sur de Marrakech.

El valle de Ourika destaca por el color verde casi fosforito de su hierba. Estaréis encima de un manto verde situado al este del Jebel Toubkal. Una zona cuya principal atracción precisamente es el pueblo de Setti Fatma con su famoso  Moussem de agosto y las 7 cascadas. Un lugar de ensueño. Al lado encontraréis el famoso Toubkal. Si sois atrevidos además podréis subir al Toubkal, que es el pico más alto del Atlas y una de las montañas más prominentes de todo el continente africano. Y aunque parezca mentira, allí se puede esquiar en invierno. ¿Os habéis imaginado alguna vez esquiando en África?. Aquí es posible.

En la zona de las 7 cascadas, este pueblo atrae cada año en verano a cientos de turistas que buscan conectarse con la naturaleza. Allí, durante el invierno, únicamente viven berberes de la montaña pero en verano la cosa cambia. Es uno de los destinos de vacaciones preferidos de los marroquíes, además de la playa, porque en este lugar bajan bastante las temperaturas con respecto al resto del país. Y con el calor que hace en Marruecos en pleno agosto, se agradece bastante.

En esa zona se comen muy buenos tajínes de ternera o pollo, cous cous con todo tipo de verduras y cordero (que suele ser de ese lugar) o dulces típicos hechos con miel y especias y frutos secos. Inconfundibles e ideales para luego subir al Toubkal. Derrochan energía por los cuatro costados.

En el camino, os encontraréis a numerosas mujeres ofreciendo tatuajes de Henna. Pues bien, allí la genuina es de color naranja. Ni marrón ni negra. De hecho esta última, si es negra, quiere decir que lleva tinte y os puede dar alergia. Se hincha la piel y salen ronchones. Pica, escuece y duele. Así que os recomiendo que si os pintáis con henna sea la anaranjada. Que es la auténtica henna árabe.

Para llegar a Setti Fatma lo ideal es coger un “grand taxi” que sale de la céntrica  estación de autobuses de Marrakech. Es lo mejor que podéis hacer para ahorrar en tiempo y en dinero. La otra fórmula es alquilando un coche. Y la verdad, las carreteras no son gran cosa.  No hay opción en ir en tren ya que en Marruecos no es habitual. Así que os recomiendo, como decía, el “grand taxi” y os aseguráis que viajáis, aunque sean unos pocos kilómetros, con aire acondicionado. 

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