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Rincones curiosos en las islas Baleares

Baleares tiene un color especial. No, no me refiero a la canción sevillana, sino al color de sus aguas, a sus murallas, sus huertos, sus faros, sus puertos, sus bahías… allí el tiempo pasa a otro ritmo. Y los planes son infinitos. Nos vamos de paseo por algunos de los lugares más curiosos de Mallorca y Menorca. Esto va de cuevas y playas.

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Foto: Alejandro Sánchez Marcos

Cueva Sa Nacra, Ciutadella (Menorca)

En Menorca, después de un buen baño lo que más apetece es salir a tomar algo. Pues bien,  ¿por qué no hacer las dos cosas a la vez?. Podréis hacerlo en Cueva Sa Nacra, un restaurante pub de lo más curioso en Ciutadella. Está construido sobre el agua, es una especia de terraza sobre el mar y cuyas instalaciones están excavadas en la misma roca. La  cueva la excavó un menorquín con sus propias manos y al cabo de los años decidió abrir allí un negocio. Las paredes están decoradas con conchas de nacra (de ahí el nombre). Por cierto, es un molusco bivalvo. Cuenta con un trampolín para saltar directamente al agua y, para los menos atrevidos, unas escaleras que bajan hasta el mar.

Lo mejor de Cueva Sa Nacra son sus vistas, porque tendréis la sensación de formar parte del Mar Mediterráneo. Pero además se come muy bien. No tiene precio comerte allí una paella, una buena carne a la brasa, pescados de todo tipo, gambas rojas menorquinas, ensaladas y sus deliciosos postres. Por la noche, os podréis tomar una copa en un ambiente mágico lleno de velas y música chill out para acompañar y rematar. Es muy agradable.

 

Playa Es Barcarés, Alcudia (Mallorca)

Esta pequeña ensenada, que aguarda varias playitas, es el lugar ideal para descansar, para estar de relax en pareja o simplemente pasar unas horas a solas con un libro y el mar. Hasta ahora era casi un secreto su existencia, solamente los alcudienses suelen acudir. Lejos del bullicio y de los turistas extranjeros, es un lugar muy discreto en el que es habitual hacer nudismo. La gente que acude es tan poca, que es fácil sentirse como en casa. Se encuentra frente a un islote donde los locales suelen ir a bucear porque sus aguas son cristalinas y la visibilidad es buena.

 

Excursión por las Cuevas del Drach en Manacor (Mallorca)

Las cuevas pertenecen a la misma familia que las descubrió, las habilitaron para visitas guiadas y, gracias a eso, el acceso es posible. Por 11,50 euros por persona y el paseo dura una hora. Las estalagmitas casi se juntan con las estalagmitas y la sensación es de grandiosidad. Su techo es altísimo y su longitud también. Es más de 1 kilómetro andando y unas 250 escaleras que bajan a unos 25 metros en el subsuelo. El recorrido acaba en el Gran Lago Martel, que es uno de los lagos subterráneos más grandes del mundo. Allí, en un auditorio también subterráneo podréis asistir a algo único: un concierto de música clásica de unos 20 minutos. La acústica es espectacular. Y para terminar, totalmente oscuras, os dan un paseo en barca mientras suenan los violines.

 

Puesta de Sol en el Faro de Favaritx (Menorca)

Bajo pizarra negra y totalmente rodeado de acantilados, en el faro de Favaritx alcanzaréis un estado zen, una paz especial que es diferente con cada atardecer. Es una zona aislada de la civilización, en medio del cabo de  Albufera des Grau (donde suele soplar bien la tramontana). Aún así, os aconsejo que os dejéis caer por allí una tarde. El faro parece de película y las sombras cambian según va cayendo el sol.