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Soy de esos viajeros que no se quitan a Lisboa de la cabeza, todos y cada uno de los que deciden visitar la capital lusa encuentran su lugar, para los más urbanitas ycool encontramos un mercado de diseño con materia prima de primera calidad, para los románticos, Lisboa ofrece unas vistas y paseos únicos. Los amantes de la música tienen su cita en Alfama con los clubs dedicados al fado, sin olvidar a las familias y los más pequeños que encuentran diversión por doquier.
Realmente es muy complicado describir y comparar esta ciudad, en honor a la verdad no cuenta con edificios ni monumentos que aparecen en la lista de los 25 más famosos del mundo, por lo tanto, aquí no encontrarás edificios o lugares representativos como la Torre Eiffel, el Big Ben, Coliseo o el Empire State Building. Lisboa se representa a si misma como un conjunto de calles empedradas y lugares con encanto para ir descubriendo mientras caminamos colina arriba o abajo según empecemos la ruta, tal vez ahí radique su encanto.
Colinas, miradores y vistas.
Tal y como comentaba anteriormente, la capital portuguesa no es extensa, pero la dificultad radica en las colinas en la cual está situada, aunque afortunadamente desde lo alto nos dan unas vistas inmejorables de la capital. Si estás realizando un city-break, es decir, una visita rápida de fin de semana, te recomiendo dejar a un lado las cuestas que desafían a la comodidad del calzado y las rodillas, para utilizar algo que en España ya hemos perdido pero que nuestros vecinos portugueses todavía mantienen, sus preciosos elevadores. Se trata de pequeños tranvías de color amarillo que siempre aparecen con la mejor de las poses en cualquier fotografía, muestra de ello son el Elevador Da Bica, Gloria en Barrio Alto o uno de los más utilizados el de Do Lavra para subir al Castillo de Lisboa.
A día de hoy, recuerdo pocas ciudades que pueden compararse a Lisboa en cuanto a miradores, la vista desde cualquiera de ellas a los tejados rojizos que abundan un mar de casas que conforma Lisboa.
La vida lisboeta.
Lisboa no puede ni debe compararse a ciudades turísticas como París, Londres o Roma, a día de hoy, no existen turistas que abarroten las calles como en las anteriores capitales europeas mencionadas, de este modo, es posible observar la esencia y la verdadera vida de los lisboetas. Una quedada de amigos para degustar una bebida en Pois Café o acudir a lugares alternativos donde los graffiteros campan a sus anchas para darnos cuenta que nada es perfecto aquí y ese es el verdadero placer, magia y encanto de Lisboa.
Plazas y tranvías
Como toda gran metrópoli, Lisboa se compone de plazas, fuentes y estatuas ecuestres rodeadas de los edificios más importantes de su época, por si fuera poco, el dulce sonido del tranvía recorre las calles principales otorgándonos unas postales únicas que perfectamente podrían ser en blanco y negro ya que el centro histórico de la capital lusa no ha cambiado mucho con el paso del tiempo, la globalización y el progreso económico. Si hablamos de plazas importantes, no puedes dejar de visitar la Plaza de Don Pedro IV y la del Comercio y si nos referimos al tranvía debes tomar el número 28, el más emblemático de todos, realiza una ruta por los conocidos barrios de Graça y Mouraria.
Belém
Si hay un lugar mágico y que resume perfectamente la palabra Saudade- nostalgia- de un pasado glorioso que difícilmente puede volver, ese es Belém. Conocido internacionalmente por contar con monumentos nacionales como el Monasterio de los Jerónimos, el Monumento a los descubridores o la Torre de Belém, es una visita obligada para todos aquellos que disfruten de agradables paseos en la orilla del Tajo. Edificios históricos con una riqueza cultural, escultórica y arquitectónica, sin olvidarnos de la importancia que tuvo esta fraguesía ya que desde aquí partieron gran parte de los navegantes como Enrique o Vasco Da Gama antes de conquistar el mundo.
Gastronomía
Sin dudarlo ni un segundo, se trata del país con mayor y mejor gastronomía de todo el mundo. Productos de primera calidad servidos con un cariño especial basados recetas que pasan de generación en generación. Portugal es un bocado de bacalao, una ración de pulpo y de postre un delicioso café en A Brasileira – donde dicen que se sirvió por primera vez el café en Europa- con unos Pastéis Do Belem, la seña más internacional de la gula y el sabor luso.Si eres aquellos que disfrutan de una buena mesa, que viajan sin prisas de conocer o tachar monumentos como ocurre en otras grandes capitales europeas, que necesitan un momento de silencio, paz y soledad con la mirada perdida en uno de los view point y amas esos lugares mágicos con un aire marinero y una pizca de nostalgia, Lisboa es sin lugar a duda tu lugar.
Apartamentos en Lisboa.
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Escrito por Jesús Martínez Reneo de Vero4travel
Vero4travel es el blog de los hermanos Jesús Martínez y Verónica Martínez. Dos apasionados de los viajes que disfrutan compartiendo sus experiencias, descubriendo nuevos lugares y aconsejando a sus lectores.
