Después de horas y horas paseando por las calles de Berlín se acerca el mediodía. El desayuno ya está más que digerido y sientes que te vas a desmayar del apetito. De pronto, un olor delicioso llega hasta ti… Síguelo y descubre la comida típica alemana. ¡Te vas a poner las botas!
Si hubiera que describir con tres adjetivos a la gastronomía berlinesa serían, sin lugar a dudas, deliciosa, variada y multicultural. Tanto es así que tiene influencias turcas, indias, polacas o checas, entre otras. Berlín es la ciudad alemana con mayor número de restaurantes premiados, por lo que disfrutar de la exquisita «Haute Cuisine” resulta de lo más sugerente, pero también se puede gozar de la increíble comida popular al mejor precio.
Para los amantes de la comida rápida, Berlín tiene su propio fast food a la alemana: el llamado «Imbiss», un puestecito donde se pueden comprar las clásicas «Bulettes» berlinesas, salchichas alemanas de todos los tipos o Döner turcos. Otra de las especialidades berlinesas es la salchicha Currywurst en trozos, con mucho ketchup y curry.
Los que prefieran la comida tradicional, deben saber que los platos más berlineses son rústicos y sustanciosos, hechos a base de recetas caseras. Las raciones son abundantes con ingredientes muy variados, pero donde priman las patatas, las coles, los pepinos, las legumbres, las aves y el cerdo. Esto son algunos de los platos más tradicionales: repollo (Sauerkraut) y puré de guisantes, filete de cerdo ahumado (Kasseler), codillo de cerdo (Eisbein) con col, hígado asado con manzana, carne de ternera (Rinderbrust) con rábano, puré de patatas con grumos (Stampfkartoffeln) y asado de ganso.
También existe un menú diario llamado “unter der Woche”, donde se sirven morcillas, Leberwurst (embutido a base de puré de hígado), hamburguesas acompañadas de Kartoffelsalat (patatas cocidas con diferentes ingredientes), Königsberger Klopse (albóndigas en salsa de mostaza) y de puré de manzana (Apfelmus). Si te gusta el pescado, el que más se consume por esas tierras es el Arenque.
Y para bañar todos estos deliciosos platos, ¿qué mejor que una cerveza bien fría? La cerveza es la bebida alemana por antonomasia. Las hay de todas las clases: ubias, negras, rojas, de trigo… ¡E incluso hay una para el desayuno llamada Molle! Como no, también está la el equivalente a la clara (cerveza con limonada), llamada Radler, y otra con cocacola, llamada Diesel. Si quieres probar una típicamente berlinesa prueba la Berliner Weiße.