El 25 de agosto se inaugurará en el Bode Museum de Berlín la exposición Rostros del Renacimiento con la exhibición de la mayor muestra de arte renacentista del Museo Metropolitano de Nueva York. La muestra cuenta con la colaboración de Ministerio Federal de Relaciones Exteriores y estará abierta hasta el 20 de noviembre de este año.
La muestra está organizada en torno a 150 obras sobre rostros pintados por los artistas del Renacimiento Fillippo Lippi, Sandro Botticelli y Giovanni Bellini. El retrato italiano se inicia marcado por el realismo de los grandes pintores holandeses y reflejaba por la expresión del rostro la posición social, el estado civil, las relaciones sociales y aristocráticas.
El desarrollo del retrato en el Renacimiento significó el desarrollo de la demanda en diversos sectores sociales que vieron en él, la posibilidad de eternizar diferentes iconografías que reflejaban aspectos fundamentales como la devoción religiosa, la expresión del amor en sus múltiples facetas o las imágenes representativas del poder político y religioso dominante en la época.
El retrato fue también un campo de experimentación para los artistas, a través del autorretrato o los retratos anónimos o ilusorios, se desarrollaron diferentes técnicas siguiendo a los maestros de la época.
Fray Fillippo Lippi (1406-1469), conocido como Lippo Lippi, ingresó al convento tras la muerte de sus padres. Sólo a los 15 años comenzó a expresar sus capacidades artísticas en la pintura, realizando un trabajo de decoración para la capilla Brancacci junto a Masolino y Massaccio. Protegido por Cosme de Médicis realiza notables obras, entre ellos La Virgen y el Niño, que se conserva en la Galería de los Oficios en Florencia. Fue un notable maestro de grandes artistas, como Sandro Botticelli.
Giovanni Bellini (1429-1516), apodado el Giambellino, por la delicadeza y sensibilidad con que trabajaba sus obras, formo parte de la escuela renacentista veneciana junto a su hermano Gentile. Esta escuela fue famosa por renovar la espiritualidad en las obras, contrarrestando la moda de paganismo que se había apoderado del Renacimiento, de allí que su pintura está sumida en la temática religiosa y no en la mitología clásica. Aprovechó la técnica del óleo, la linealidad de raíz flamenca frente al colorismo veneciano, nuevas representaciones pictóricas que renovaron su repertorio. Tuvo una influencia que fue más allá sobre sus discípulos, traspasando a toda una generación de pintores en Venecia, influencia que el propio Durero reconoció.
Alessandro di Mariano Filipepi (1444-1510), más conocido por su sobrenombre Sandro Botticelli, fue pintor, grabador y dibujante. Discípulo de Fillippo Lippi y de Antonio Pollaiuola. Sus cuadros con un estilo sensual, libres, con temas más profanos que la mayoría de los pintores del renacentismo, donde la Virgen se transforma en Venus. Esto hace de Boticelli uno de los pintores más atractivos e intrigantes de su época. Su obra más conocida y apreciada por el equilibrio entre las figuras y los objetos de la composición es El Nacimiento de Venus.
Para más información http://www.smb.museum/smb/kalender/details.php?objID=17220
Nancy Guzman
Estos grandes pintores del renacentismo que hicieron de los retratos obras de arte imperecederas, es algo que se puede ver en ocasiones espaciales, así que has de estas vacaciones algo especial viniendo a pasar unos días gratos en apartamentos en Berlín y aprovecha esta exposición.