Quizás el nombre de James Rosenquist no sea tan popular como el de otros artistas Pop de renombrada fama mundial, sin embargo no puede subestimarse su importancia y aporte a un movimiento que revolucionó para siempre el arte, la publicidad y la comunicación.
Rosenquist nació un 29 de noviembre de 1933 en Dakota del Norte y ya en su adolescencia tuvo contacto con el mundo del arte al ganar una beca para la Escuela de Arte de Minneápolis; a esto le siguieron la universidad de Minnesota y finalmente una beca para la Liga de Estudiante de Artes en Nueva York donde estableció su primer taller.
Los primeros años, James Rosenquist se ganó la vida como diseñador gráfico, vidrierista y pintor de carteles, hasta que el desarrollo de un lenguaje pictórico propio comenzó a garantizarle un lugar entre los grupos de Arte Pop que comenzaban a surgir. Los cuadros de Rosenquist toman el lenguaje de la publicidad, de la cultura pop y del consumismo para convertirlo en una serie de imágenes que superpuestas, yuxtapuestas y deformadas hablan y se cuestionan sobre la vida misma. Así los objetos más banales y cotidianos alcanzan formas abstractas e irreconocibles que sorprenden a los espectadores que no pueden evitar detenerse frente a obras explosivas llenas de color, formas y texturas.
En una época turbulenta y convulsionada para los Estados Unidos, como fueron los 60 debido a la sangrienta guerra de Vietnam, James Rosenquist, inspirado el los grandes murales de nenúfares de Monet, comenzó a pintar un mural de 23 paneles ( 26 metros de largo) llamado F-111 que será expuesto en el Museo de Arte de Nueva York hasta el 30 de julio de 2012.
El mural cuyo título refiere a los aviones bombarderos que se utilizaron durante la guerra de Vietnam es una dura y colorida critica a una sociedad que sólo se aboca al consumo, los medios y la frivolidad. Los aviones F-111 fueron, en su momento, los más modernos y poderosos aviones de guerra y es por este motivo que Rosenquist los eligió para encabezar su mural. En esta gigantesca obra, el artista realiza una metáfora visual entre una típica joven que disfruta de una sesión de peluquería y un avión que destruye a la sociedad tanto como la publicidad y el consumismo. El secador de pelo que envuelve la cabeza de la joven es nada menos que la trompa del avión que destruye Vietnam.
El mural F-111 fue expuesto por primera vez en la Galería Castellli de Manhattan en 1965, ahora estará en uno de los museos más importantes del mundo y gritará su mensaje a todos los visitantes que pasen por allí.
Si querés conocer esta obra y muchas de las más grandiosas obras de Arte Moderno no dejes de rentar apartamentos en Nueva york sin duda no dejarás de sorprenderte porque en esta cosmopolita ciudad el arte vive en cada esquina.