Europa tiene infinitas posibilidades. En Semana Santa cualquiera de los destinos que vamos a desgranar a continuación puede ser un planazo. Pasearemos por Suecia y su Patrimonio Cultural, Dinamarca y sus edificios majestuosos y, como no, por Budapest y su Danubio azul.
Estocolmo: Si lo que queréis es desconectar unos días, os recomiendo visitar Stockholm y su corazón medieval. De las 14 islas que forman esta ciudad nórdica, Gamla Stan es la más auténtica, la más antigua y probablemente la más bonita. Todas ellas forman Estocolmo y ninguna sobra. Las mejores vistas de la ciudad, sin duda, las encontraréis subiendo al famoso ascensor del edificio Gondolen de 35 metros de altura. Desde allí se puede contemplar el Lago Malarën y el Mar Báltico que casi baña el impresionante Palacio Real y el Ayuntamiento de la ciudad. Y si sois fans de la novela negra nórdica, Estocolmo es el lugar idóneo para recorrer cada página de la trilogía Millenium. Allí vivió Stieg Larsson y dejó su huella. Cada vez hay más gente que quiere experimentar lo que Lisbeth (la protagonista de la saga) sintió en esta mágica ciudad del norte de Europa.
PRIYA
Copenhague: La capital danesa es otro de los destinos alternativos de los que seguro os vais a enamorar esta Semana Santa. Os recomiendo un paseo por sus calles repletas de casitas de colores y sus canales azules. No podéis dejar de visitar el Canal Nihavn en el que encontraréis terracitas, restaurantes y pubs para todos los gustos. Pero no lo que no podéis pasar por alto es el barrio de Christiana, la ciudad sin ley, en la que la legalidad y la ilegalidad se confunden y en donde la tolerancia ya es un estilo de vida. Es un barrio hippie que nada tiene que ver con el resto de la ciudad. Allí no entra la policía a pesar de que venden marihuana y hachís. Nadie dice nada, nada mira nada, nadie juzga a nadie. Es muy agradable dar un paseo por sus calles y poder hablar con los vecinos. Desde luego no te esperas encontrar un mini Ámsterdam en pleno Copenhague.
NORREBROGADE
Budapest: Hablar de Budapest es hablar del Danubio y hablar del Danubio es hablar de Budapest. Sin el río la ciudad deja de tener sentido porque precisamente es el que divide las dos semi-ciudades: Buda y Pest. Buda más señorial y Pest más auténtica. Pero las dos son esenciales e igual de importantes para sociedad húngara. Allí os aconsejo que os subáis a bordo de uno de los cruceros que lo recorren de lado a lado porque la mejor manera de hacerse una idea de cómo es la ciudad es navegando y cruzando los numerosos puentes que dan sentido al recorrido. El Puente de la Cadenas, sin duda, es el más famoso y es parte ya del sky line de la Perla del Danubio, como llaman muchos a Budapest. Probablemente sea una de las ciudades más bonitas que yo he visto, hasta el Parlamento es una obra de arte. Si tenéis tiempo os recomiendo que entréis a verlo, aunque lo suyo es reservar en la web ya que las colas que se forman son interminables. Los balnearios en Budapest también son un estilo de vida. Los húngaros son gente de agua, y aunque no tengan mar, tienen balnearios. Es muy común que vayan a este tipo de centros a pasar sus horas de ocio y tiempo libre.
ELISABETH SUITE
Es fácil encontrar apartamentos por días en la ciudad de Budapest . ¿A qué esperas? Semana Santa ya está aquí.