Las playas de las Islas Baleares no tienen nada que envidiar a las playas de las famosas Islas Griegas. Calas de arena blanca y aguas cristalinas con el fondo color turquesa que se esconden en pequeños rincones de Mallorca, Menorca, Formentera, Ibiza y la isla de Cabrera. En este post, vamos a intentar emparejar algunas de las mejores playas de Baleares con las de las islas griegas. Y es que en ambos casos comparten algo fundamental: el agua del Mar Mediterráneo.
La Cala del Moro de Mallorca es una de las más bonitas de la zona, aunque quizá últimamente demasiado transitada. Y aunque llegar no es sencillo, porque hay que atravesar una zona bastante agreste, una vez allí merece la pena. Nada más pisarla, quedaréis encandilados con su arena blanca y sus aguas cristalinas. Se esconde en la zona de Santanyí. A la Cala del Moro la emparejaría con la Playa de Kamari, en Santorini, porque aunque el camino es escarpado y complicado cada vez hay más gente que se anima a llegar. Eso sí, lo suyo es quedarse a pasar el día.
La Playa de Es Trenc, en Mallorca, es otro de los destinos obligados de la isla. Es bien larga, mide en torno a 3 kilómetros de largo y es casi salvaje. Desde luego, esta playa es de esas en las que querréis quedaros siempre. Es una playa virgen. Tranquila como ninguna, muy salvaje, y no hay construcciones cerca. Eso se agradece. Si os gusta caminar, es ideal. Y si lo que os va es el nudismo no hay problema porque al final de la playa, en una zona escarpada llegando a la Colonia de Sant Jordi, encontraréis una pequeña cala en la que poder hacerlo.Podríamos compararla con la playa de Sarakiniko en la isla de Milos. Es tan blanca que parece un paisaje lunar.
Cala Turqueta en Menorca es, sin duda, una de mis preferidas. De arena fina y aguas turquesa, es casi un paraíso terrestre. Se oculta detrás de un enorme bosque de pinos que la rodean y la hacen más especial. Por su situación geográfica, la sombra llega pronto y a media tarde la cala se empieza a vaciar. Mi consejo es que os quedéis a ver la puesta de sol. Estaréis solos en un sitio único viviendo una de las maravillas de la naturaleza. Eso sí, para la vuelta llevad una linterna. La aventura habrá merecido la pena. En este caso, Cala Turqueta podríamos equipararla a la playa de La Griega (Hivadolimni), en la isla de Milos, rodeada de un bosque de eucaliptos.
La Playa de Aigües Blanques, en la isla de Ibiza, es muy popular entre la comunidad nudista. Son apenas 300 metros de arena dorada. Preciosa cuando se refleja el sol al atardecer. Está rodeada de acantilados gigantes y sus aguas son cristalinas, como pocas, la convierten en un destino perfecto para bucear. Por último, la Playa de Aigües Blanques la podemos emparejar con la Golden Beach de la isla de Paros, sobre todo por el color de su arena que enrojece con las puestas de sol.
Dicen que llegar a Formentera es llegar al mismísimo cielo. El último párrafo lo voy a dedicar a Caló des Mort, un entorno único (más propio de la película El Lago Azul) al que no os resistiréis. Su arena es blanca y pulcra, la arropan los acantilados de La Mola. Es un lujo porque casi siempre estaréis solos. A esta cala no le he encontrado pareja en ningún lugar del mundo. Es única.
Twitter: @DianaRPretel