La trayectoria musical de The Cure es una de las más singulares y prolíficas de la historia del rock y el pop. Y es que The Cure es una de esas bandas que son imprescindibles de escuchar en algún momento de la infancia, adolescencia, y luego cuando adulto; una banda de momentos diversos, estilos diferentes y canciones tanto alegres y de fiesta como de oscuridad e introspección. Y es que cuando todavía usábamos radios, The Cure siempre estaba en las radios; esta legendaria banda inglesa ha logrado abarcar en sus canciones, a lo largo de los años, múltiples emociones dentro del gran espectro de la psiquis humana. Todo por supuesto, gracias a las letras del carismático Robert Smith, uno de los mejores compositores de los últimos treinta años del rock y el pop.
Los inicios de The Cure están por supuesto marcados por “Three Imaginary Boys” (1979), su primer disco de corte punk con ligera oscuridad, nos muestra a una banda solida pero aún por descubrir todo su potencial tanto en el estudio como en la composición de nuevos sonidos. Se sabe que alrededor de 1979, The Cure estaba de gira con Siouxsie and the Banshees. Intempestivamente, el guitarrista de los Banshees dejaría la banda y Robert Smith tomaría su lugar durante el resto de la gira, además de tocar con The Cure. En base a esta intensa experiencia, Robert Smith conocería de cerca el potencial que su música podría alcanzar, así como una densidad mucho más profunda y una nueva puesta en escena. Como resultado, el estilo de The Cure cambiaría drásticamente, dando paso a sus tres clásicos discos de post punk: “Seventeen Seconds”(1980), “Faith” (1981) y “Pornography” (1982). Estos tres, estarían mucho más direccionados hacia lo que se definiría entonces como rock gótico; música sombría, sugerente, introspectiva, violenta. “Pornography” sería además la primera parte de una trilogía que incluye los discos posteriores “Disintegration” (1989) y “Bloodflowers” (2000), con los que Robert Smith busca retratar el lado más oscuro y poético de The Cure.
Por supuesto, The Cure también se trata de canciones de amor, alegría radial y baile como “Just like heaven”, “Why can’t I be you”, “In between days”, “Love cats”, entre tantas otras. Las facultades de la banda para hacer pop de alta calidad nunca desaparecieron a pesar ahondar en las canteras del rock gótico. Hoy en día, ver un concierto de The Cure es prepararse para un “tour de force” de más de tres horas de música ininterrumpida en que precisamente, Robert Smith y compañía, te llevan por una torbellino de emociones, desde la tristeza más prolongada a saltar en un pie de alegría. The Cure estará este 9 de julio en Roma, como parte del importante festival Rock in Roma. Para más información sobre The Cure, entra aquí: http://www.thecure.com/