El turismo de negocios, no sólo está a la orden del día, sino que cada vez más es una importante fuente de ingresos para cualquier ciudad. Es la “niña bonita” de quienes están arrancando en el sector del turismo y el mejor baluarte de quienes ya están acostumbrados a organizar congresos y reuniones al más alto nivel. Pero no siempre los viajes de negocios son lo más cómodo del mundo. Uno llega a otra ciudad, cansado y con su maleta de mano, y quizá lo que menos le apetece es ponerse a trabajar o meterse a una reunión. No todo es oro lo que reluce, pero si se sabe aprovechar bien el tiempo, es posible amortizar el viaje al 100%.
Ahí van unos cuantos consejos:
Sacar un seguro de viaje internacional: Si vuestro viaje es al extranjero, no dudéis en pedir a la empresa que os haga un seguro de viaje internacional. Si tenéis que ir al médico o sufrís un accidente, la visita al hospital no os costará “un ojo de la cara”. No hay que jugársela. O al menos yo no me la jugaría. Si la empresa se niega a contratar ese seguro, mi recomendación es que os lo hagáis por vuestra cuenta. Suelen ser baratos y pagaréis en función de los días que estéis fuera. En caso de viajes por Europa, si sois europeos, podréis solicitar en vuestro país de origen la Tarjeta Sanitaria Europea.
Acudir a una oficina de turismo: Viajar solo a veces es más sencillo de lo que parece. Lo primero que tenéis que pensar es de cuánto tiempo libre disponéis. Una vez planificado el tiempo, lo ideal es acercarse a la oficina de turismo más cercana a pedir un mapa de la ciudad (para no andar de un lado a otro como un pato) y recomendaciones de ocio. En cualquier oficina turística os van a ofrecer museos, todo tipo de planes culturales, restaurantes, pubs, visitas organizadas, etc. Os aseguro que es una visita muy productiva. Después, con toda esa información sobre la mesa, la última decisión es elegir y cuadrarlo con el resto de vuestro día.
¿Cómo afrontar un viaje organizado?: No es lo mismo viajar solo que con los compañeros de trabajo o con los jefes. Hay muchas veces que os tocará aguantar al grupo casi 24 horas al día, trabajar hasta altas horas, y dormir poco. Es lo que tiene que elijan por ti el alojamiento. No pasa nada. En estos casos, os recomiendo seguir al grupo y hacer tantos planes como surjan. Es una manera de interactuar y comunicarse que, seguro, no podéis practicar en el día a día. Eso sí, es como un Gran Hermano. Es muy probable que algunos de vuestros compañeros os sorprendan para bien y otros para mal.
Traductores online: Si no conocéis el idioma local, por lo general siempre os va a salvar hablar o al menos “chapurrear» el inglés. De no ser así, porque los idiomas no son lo vuestro, os aconsejo tener en el móvil una aplicación de traducción o tirar de traductores online. Los hay de texto, de voz y ahora también los que traducen textos a través de una foto. A mi juicio, el mejor es el de Google. Puede ser que un traductor o un diccionario os saquen de algún apuro. Y si no lo lleváis, siempre os quedaréis con la duda. Ya a la vuela lo suyo es que os apuntéis a inglés en una academia de idiomas. Porque sólo hablando inglés podréis dar la vuelta al mundo. Aunque sea, como decía, “chapurreándolo”.
Twitter: @DianaRPretel