Los viajes programados al milímetro no siempre salen como esperabas, a veces ocurren percances, retrasos o sorpresas que te cambian los planes. Es normal. Sólo hay que tener templanza y afrontar los obstáculos sin perder los nervios. Para nadie es plato de buen gusto perder un avión, que te roben la cartera o tener que estar un día desorientado y cansado por culpa del dichoso jet lag. Vamos a intentar prevenir todo esto con unos consejos.
Viajar es asumir que puede haber retrasos o cancelaciones: Cuando las cosas no salen como las hemos planeado, tendemos a ponernos nerviosos y no pensar con frialdad. Muchas veces, un retraso en un aeropuerto supone que no lleguemos a otro vuelo o a dormir a un hotel. Lo primero que debemos hacer es ponernos en contacto con la aerolínea para saber si se hace responsable de los gastos de transporte y hotel. Y si no, generalmente lo más rápido es reservar otro vuelo, no perder el resto del viaje (hoteles, excursiones y más) y reclamar la devolución cuando hayamos regresado a casa.
Pérdida de equipaje: No es habitual que las aerolíneas pierdan las maletas. Lo que puede ocurrir es que no viajen en el avión con nosotros y se queden en el origen o, peor aun, que las hayan enviado a otro país. En caso de que se haya quedado en tierra, no se suele perder por el camino. Te la envían con algún día de retraso al lugar donde te encuentres. Lo malo es si, por error, tu maleta ha acabado en Hong Kong y tú volabas a Milán. Lo que quiero decir es que, en caso de que las hayan enviado a otro país por equivocación, igual no la recuperas nunca. Así que un consejo rápido: llevad las cosas básicas en el equipaje de mano. Por ejemplo: medicinas, un par de mudas de ropa interior o el cargador del móvil. Todo aquello que sí o sí debe viajar con vosotros.
Evitar grandes aglomeraciones: Si queréis evitar sustos, debéis estar muy pendientes de móviles, bolsos y carteras en los lugares muy concurridos. Generalmente, en el centro de las ciudades, en las zonas turísticas, es donde encontraréis más carteristas. Si estáis de viaje en el extranjero, no llevéis nunca toda la documentación junta. El pasaporte siempre separado del DNI. Así, si os roban la cartera, no os quedaréis indocumentados. Pero hay más. Si además tenéis en el correo electrónico una copia escaneada, ayuda. Es un seguro de viaje. Con esa copia, en cualquier embajada española os imprimirán un nuevo pasaporte con el que poder volver a casa.
El Jet lag es muy molesto: Lo ideal es intentar adaptar el sueño y las comidas al nuevo horario unos días antes de viajar. Si no puede ser, mi consejo es que intentéis descansar en el avión. Cuando las azafatas apagan las luces, a dormir. Y cuando las encienden, a despertar. Respetad también las comidas en la medida de lo posible. Las piernas también se cargan por la presión y las horas de vuelo. Por eso es muy recomendable, si es un trayecto largo, pasear por el avión de vez en cuando y así facilitar que circule la sangre. Si no, las piernas se os hincharán e incluso podéis notar los pies adormecidos.