1. La cerveza de Praga es más barata que el agua
La cerveza en Praga es buena, pero no es de tipo gourmet. No se puede hablar mucho acerca de su composición, del tiempo de fermentación, de su esencia y aroma. En los pubs es más barata que el agua, es una cerveza totalmente artesanal. Es la misma cada día, una cerveza con cuerpo, dulce y supremamente potable, es parte de su cultura.
También encontrarás absenta. Es legal y la podrás comprar en todas partes, pero no sé realmente quién la bebe. Parece que solamente los extranjeros la demandan, porque la gente de Praga no suele beber absenta.
2. Gran parte de la arquitectura es supremamente hermosa.
Fácilmente en los barrios de Praga puedes encontrar, por ejemplo, una encantadora iglesia construida en el siglo X. Arquitectura que sigue en pie y forma parte de su vida cotidiana. Si recorres las calles en bici, ten mucho cuidado, especialmente después de la lluvia, puesto que están pavimentadas con adoquines colocados manualmente y se vuelven muy resbalosos.
3. Una ciudad llena de historia
En el siglo XX, este país vivió cinco regímenes. Con toda la opresión que esto conlleva no les es fácil hablar de ello. La población despertó con tanques enemigos en la plaza del pueblo, vieron como sus familiares fueron llevados por la Gestapo. Empacaron en secreto y dejaron todo y a todos los que habían conocido y amado, con la probabilidad de nunca volverlos a ver nuevamente. Aún viven un pasado que no ha dejado de resonar en el presente.
Posiblemente por esta razón los praguenses son un poco reservados. La gente desarrolló durante años una desconfianza, que puede ser comprendida por su pasado. Pero al igual que la gente en todo el mundo, ellos son amables, saben amar, se preocupan, saben encontrar la belleza y hacer cosas que les hacen felices.
4. Los hombres todavía usan sandalias con calcetines
En Praga todavía verás la costumbre de los hombres de llevar a veces sandalias con calcetines. Y nadie entiende por qué. Como también verás que algunos de los praguenses ven muchos programas viejos de televisión estadounidense, doblado de una manera terrible, intentando imitar un estilo cowboy americano, con un acento relajado dentro de un lenguaje completamente diferente. Pero también es cierto que cada noche en Praga, una ciudad de 1,20 millones de habitantes, en los teatros y salas de concierto hay shows para 3,40 millones de asientos, y casi todos ellos están ocupados.
5. Una ciudad variopinta
En la ciudad encontrarás gitanos, pero no usan pañuelos de colores y cabalgan sobre burros, ni bailan un típico baile aldeano. Visten pavoneando pantalones vaqueros baratos con logotipos absurdos que a veces no se pueden ni leer. Algunos de ellos se suben en los tranvías robando los bolsos y carteras o tocan la armónica para pedir dinero, cosa que casi nunca reciben. Son gente de la periferia.
6. Su pan es exquisito
Comúnmente no es sabido, pero el pan es fantástico. Si alguna vez visitas Praga, averigua dónde está la panadería del barrio y a qué hora la abren. Debes ir en ese momento y comprar una hogaza de pan mientras aún está caliente. Córtalo y ponle mantequilla y saborea la oscuridad y la plenitud de un centeno que no es amargo, cuya textura tiene sustancia sin grano, cuya corteza es perfectamente elástica y cubierta de harina. El pan diario de las mañanas de Praga.
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