Aunque al lector le pueda parecer que estoy desvariando, el arte nació (allá por los tiempos de las cavernas), primero, como un deseo humano para contentar a los dioses y, segundo, como ornamento de la vida cotidiana. Por tanto, hay que buscar sus raíces en pequeñas joyas, abalorios y ropajes que cubrían los precarios humanos de entonces. Sin ánimo de hacer un recorrido histórico por las relaciones entre arte y moda, en épocas de gran esplendor, como la Rusia de los zares o la Florencia de los Médici, la moda (también la joyería, la peluquería y el calzado) estaba vinculada a las artes tradicionales.
De todos modos, hay que esperar a la gran revolución propuesta por el movimiento conocido como Modernismo, Art Nouveau o Secesión para encontrar un cambio radical al respecto (y eso para otro día), al no distinguir entre las artes decorativas (mobiliario, menaje, edición incluso) y las llamadas artes tradicionales (pintura, escultura o literatura). Sentando las bases de la sociedad contemporánea, con el Modernismo se trastocan todas las relaciones del hombre con las cosas. La moda, por supuesto, no puede ser inmune a esta tendencia.
Con sus altos y bajos, los artistas de las llamadas vanguardias históricas retomaron esta idea. No hay que olvidar, y una sola anécdota pude ilustrar este apunte, que Picasso diseñó objetos decorativos y que pintaba los manteles de su casa. Una idea que cobra auge en los discursos de la post-modernidad, a partir de la década de los setenta, al poner de manifiesto el devenir esquizoide de las sociedades contemporáneas.
Pues bien, para no aburrir mucho al lector con epistemología erudita, esta filosofía es la que retoma el Museo de Arte Moderno (Mumok) de Viena en una exposición que se inaugura el 15 de junio y que estará abierta hasta el 23 de septiembre. “Reflejando Tendencias. Arte y Moda”, tal es su título, pretende una reflexión sobre el diálogo entre la indumentaria y la situación sociocultural y artística del momento. Nada más tenemos que recordar que, en la actualidad, diversos aspectos de la ropa están convirtiéndose en indicativos de prosperidad, satisfacción, rebeldía y hasta de sentimientos difusos como la euforia o el miedo. Se proponen, además, actividades paralelas, rotuladas bajo el título “Verano de la moda”, con desfiles, conferencias, talleres para los pequeños, pases de películas, etc. Como no me caben todos los datos de tipo práctico, os pongo aquí el link del evento: http://www.mumok.at/programme/preview/reflecting-fashion/?L=1
El Mumok (MUseum of MOderner Kunst, en alemán) está situado en la particular Isla de los Museos de Viena, no confundir con la de Berlín que es más impresionante y amplia aún. Formado por diversas donaciones de coleccionistas locales, en la actualidad mantiene en su exposición permanente obras principalmente del Pop Art y de ese movimiento de la trans-modernidad denominado Fluxus, el cual tanto contribuyó al auge y desarrollo de la poesía visual. Andy Warhol, Pablo Picasso, Roy Lichtenstein o Joseph Beuys abanderan este espacio. El Mumok, además, actúa como un verdadero centro de arte contemporáneo dando a conocer figuras en activo de difícil clasificación y ejerciendo una importante labor educativa.
Como es normal en este tipo de eventos, se producen catálogos, afiches y pósters que puedes llevarte a tus apartamentos en Viena y así continuar con este fructífero diálogo en tu cuartel provisional.