Hay ciudades que se empeñan en mostrar su cara más culta, educada y artística. Y una de estos lugares es, sin duda alguna, Viena. La capital de Austria no se conforma con mostrar al viajero una impresionante panoplia de emplazamientos arquitectónicos para quitar el hipo o un rico patrimonio cultural (centrado sobre todo en lo musical, pero también en lo teatral y en lo referente a las artes plásticas) o cuidados jardines diseñados para el ocio y el disfrute. No. Eso es poco para la aristocrática y decadente Viena.
Así que cada año, desde mediados de mayo hasta mediados de junio, tiene lugar la Wiener Festwochen o Festival de Viena que no dura lo normal en estos casos (una o dos semanas) sino que se extiende durante un mes al completo, que Viena es así cuando se trata de programar eventos culturales. Y esto se viene haciendo desde 1951 cuando el país al completo se intentaba sacudir de las penurias y tristezas devenidas por las secuelas de la II Guerra Mundial. Décadas han pasado desde entonces y la ciudad vibra con manifestaciones artísticas llegadas desde todos los rincones del planeta. Este año el festival, que ya ha comenzado, cerrará el día 17 de junio, así que, si estáis por Viena durante estas semanas, hay que asistir obligatoriamente a alguno de los eventos en programación. Os pongo aquí el link donde diariamente se va dando información de la debida cartelera: http://www.festwochen.at/
Los lugares de la capital donde se celebran las distintas funciones del festival son, sobre todo, la Isla de las Museos con exposiciones temporales, performances vanguardistas, instalaciones, ciclos de cine clásico y/o independiente, cursos, conferencias, etc. La vida artística y espiritual continúa en el Theater an der Wien donde se suben a las tablas actores llegados desde todos los rincones del planeta con dramas que manifiestan el espíritu esquizofrénico contemporáneo. Los promotores, aparte de la calidad, por supuesto, van en busca de un rompedor espíritu de vanguardia.
De nuevo, hay que estar atento a la programación ya que se representan obras en todos los idiomas conocidos del planeta. No te apures si no pillas alguna en tu lengua materna ya que los textos, aunque en versión original, se traducen debidamente en subtítulos expuestos al público. Un lugar como Viena no puede prescindir de la música clásica y tampoco de la ópera. De hecho, las sesiones de apertura, en la Plaza del Ayuntamiento o Rathausplatz, para que no te pierdas con el mapa, y las de clausura, en el Musikverein, tienen como protagonistas producciones de ópera de primera fila internacional.
Es, por tanto una oportunidad única para asistir a alguna gala en la fotogénica y televisiva (en los conciertos de Año Nuevo de Viena, por ejemplo) Sala Dorada de la Musikverein o a alguna obra de teatro alternativo en el Schaulspielhaus. Otra idea es acudir a algún recital de lectura a celebrar, incluso, en los mercados, a espectáculos callejeros diseñados para niños y mayores, a una exposición, a una obra de teatro… y todo ello unido a su “oferta permanente”.
Pues, el amante del arte y la cultura lo mismo se anima a alquilar algunos de los apartamentos en Viena que se ofrecen por temporadas cortas y se queda a disfrutar del festival al completo. La ocasión lo merece desde luego.