Español
Corporizar la cultura popular es siempre un riesgo cuando se trata de crear festivales o eventos culturales de todo tipo. Hoy por hoy, las ciudades más importantes del mundo invierten en la creación de eventos, festivales, conciertos, exposiciones y acciones políticas, con el motivo certero de perfilarse mejor dentro del panorama internacional, haciendo de la ciudad misma una ciudad competente, cosmopolita, políticamente correcta y a la vez crítica de los contextos políticos que se van generando por sus gobiernos. Así, el perfil de una ciudad post moderna tiene todos estos ingredientes; no existe la homofobia, se sale a la calle si se trata de una protesta, existe la tolerancia hacia la inmigración y la residencia de extranjeros, se consume arte y cultura de todas partes del mundo de manera curiosa y atenta, y se tiene un respeto por la multiplicidad de la culturas, sus encuentros y tangentes, y la producción de nuevo conocimiento. Nada más utópico.
Lo cierto es que hoy en día, la Unión Europea pasa por un estado de xenofobia, homofobia, misoginia y ultra derecha que está carcomiendo las bases del sentido de su existencia. Si bien la razón “entre líneas” para la formación de la Unión Europea fue el detener la posibilidad de otra Guerra Mundial, ahora la guerra se ha ido hacia otros individuos, por lo general de las minorías que habitan el continente. Y es que con la caída actual del sistema político y económico, global, ya todos somos minorías. Por supuesto a diferencia de otros lugares, la tolerancia y presencia política de las comunidades LGBT, inmigrantes, feministas y anti-sistema existe. Sin embargo, no deja de haber una grave contradicción entre las políticas culturales de las ciudades y el accionar de estos grupos; mejor mantener los ojos abiertos.
Tenemos entonces que un festival LGBT por ejemplo, en alguna ciudad de Europa, ya sea a nivel de arte, seminarios, políticos o cine, puede ser un punto de partida de creación de potencial turístico y económico. De esta manera, claro, eventos de este tipo tienen una importante difusión de nuevos artistas y géneros de creación; informan a nuevos interesados, crean debate, abren nuevos diálogos. Nada en contra de los festivales, por supuesto. Si, por otra parte, habría que pensar como están organizados, quienes los financian, y con qué propósito se involucran los gobiernos locales que albergan estos eventos. En otras palabras, “que no lucren con tu revolución querida”, que poco ya va quedando del arte que no se corporice, que no se vuelva capital cultural y político.
El festival internacional Roze Filmdagen es una gran oportunidad para conocer de cerca el nuevo cine gay y lésbico internacional de actualidad. Va del 15 de marzo al 25 de marzo, y es altamente recomendado para investigadores y estudiantes de problemáticas de género en todas las latitudes del globo. Para más información, visita la siguiente página web: http://www.rozefilmdagen.nl/
Consigue apartamentos en Amsterdam y disfruta de este importante festival internacional de cine. Amsterdam te ofrece una vida cultural vibrante y siempre cambiante que te garantiza mucha diversión, arte y entretenimiento del bueno.
