Nuestra fijación por las antigüedades es realmente curiosa. Siempre estamos expuestos a nuevos objetos que nos rodean, para cumplir un uso y luego dejarlos ir, sin que importe mucho de donde vinieron o que propósito tuvieron. La velocidad del consumo actual además, hace que los productos, herramientas y objetos que consumimos sean de fácil desplazamiento, nos podemos deshacer de ellos con mayor facilidad y sin mucha insistencia. Las cosas, ahora más que nunca, podrían estar hechas para no perecer sin embargo, las exigencias del mercado internacional en todas sus facetas, nos obliga a consumir más rápido y en mayores cantidades, porque tenemos que seguir “reciclando” materiales. A pesar de estos la falta de recursos naturales también va en aumento, y la computadora que compraste hace dos años ahora, probablemente, en vez de haber sido actualizada, renovada o mejorada, está tirada en la calle esperando a que venga el basurero y se la lleve. Pero un objeto se carga de significado con su uso, con los beneficios que nos da, con lo que pretende hacer en la casa y con lo que va sucediendo a su lado y su historia. Los fetiches no son necesariamente de contenido erótico, sino también de valor emocional, que van con la historia personal de uno.
Y no queda otra. En lo que refiere a computadores, televisores, reproductores de audio o video, cada año aparecen nuevos formatos, nuevos precios, nuevas resoluciones de imagen, y todo se des-actualiza a gran velocidad. Esto no es coincidencia, esto no es avance tecnológico, esto no es el gran “avance” de la ciencia por brindarnos mejores productos y más eficientes: el tecnología y la ciencia están condicionadas por un mercado hambriento por el que tienen que seguir produciendo más y mejor y de todo tipo, porque ya viene el próximo año y no se puede estar sin el nuevo móvil, sin el nuevo televisor, sin la nueva película en DVD ahora, en algún formato que supere al “blu-ray”. Basta con cerrar los ojos para pensar en las próximas estafas… mejor dicho, nuevas “grandes ofertas” en lo que concierne a utensilios y muebles para el próximo año.
Pero, ¿qué pasó con todo lo que usaba tu abuela? ¿A dónde fueron a dar todas esas cosas? Hoy por hoy, el interés por las antigüedades sigue creciendo, y la cantidad de coleccionistas también. De esta manera, tanto en eBay como otras páginas web puedes encontrar subastas de productos de todo tipo, máquinas antiguas, planchas, utensilios, platos. Sin embargo, si eres un romántico de las antigüedades, el Mercado de los Milagros de Venecia conquistará tu corazón. Lo más interesante de este tan curioso mercado, es que está organizado por vendedores que no son profesionales, gente como tú que por su amor a las antigüedades busca compartir algunos de los hallazgos más increíbles en una ciudad tan antigua como Venecia.