El Museo de Arte Moderno de New York, también conocido como el MOMA, es probablemente, el museo que ha dado la pauta durante muchos años en lo que respecta a la organización de un museo de arte del siglo XX. Los orígenes del museo datan de los años 20 del siglo pasado, y se articulan claro desde colecciones personales, inversiones, el apellido Rockefeller por ahí, largo etcétera. Muestras entre ellas fundamentales como una de Van Gogh y Picasso que, catapultarían a ambos en lo que son ahora: iconos del arte moderno, por encima de su real talento y genial trabajo, el MOMA los convirtió en afiches, postales, cuadros para el baño, toallas, jabones, etc.
Lo cierto es que por muchos años, he inclusive hasta ahora, la importancia del MOMA no se disuelve y justamente, por la calidad invaluable de su colección, con piezas importantísimas del suprematismo, cubismo, surrealismo, dadaísmo, entre otros, así como piezas claves del impresionismo y el expresionismo de fines del siglo XIX. Consideremos también que en una visita al MOMA se pueden encontrar diseños de Bauhaus, modelos de arquitectura, una biblioteca impresionante, y un café de lo más coqueto en sus alturas.
¿Pero cuánto de toda esta presencia todavía interviene en el arte contemporáneo actual? La institución MOMA se sigue re-definiendo y poniendo sobre la mesa lo mejor de su colección. También claro está el PS-1, espacio también de propiedad del MOMA, pero dedicado al arte contemporáneo de los 50’s hasta la actualidad.
Al parecer, en Europa, la crisis económica ha llegado a generar desempleo, hambre, racismo, clasismo y violencia en muchas partes de sus latitudes, así como un gran esfuerzo por los jóvenes en resaltar los problemas que conglomerados de bancos y sus falsos negocios han llevado a países como Grecia, Portugal y España a pasarla de lo peor. Del mismo modo, los últimos años hay una emergencia de museos bastante considerable por todo el continente europeo. Habría que mencionar que el MOMA abrió sus puertas justo días antes de la caída de la bolsa en Wall Street, allá por el año 1929. ¿Casualidades?
Quizás los museos son los mejores espacios en que se pueda invertir y salvaguardar una propiedad bajo la denominación de “cultura” y “arte”. Qué mejor opción de salvaguardar una pieza de arte y sobre todo, volverla rentable con miles de préstamos, exhibiciones, y demás mercadería posible tan solo con los derechos de posesión de este trabajo. No es casual que se quiera creer, que en la inversión que hay por el desarrollo de nuevos museos, galerías y centros culturales, tanto oficiales como no, permanezca ese deseo por ahorrar pero en cuadros, esculturas, videos o instalaciones. El vil metal embarra todo el arte. O sea quizás que el vil metal, siempre fue el arte. Nada más, nada menos. Y por favor, no pensemos en el factor turístico, el Guggenheim y Bilbao, porque esa, esa es otra historia. Para más info del MOMA, entra aquí: http://www.moma.org/
Alexa Ray
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