Las Murallas de Sevilla se trata de uno de los más importantes monumentos de la ciudad y, como su nombre lo indica, se trataron de cercas militares que rodeaban el casco antiguo desde la época romana para protegerlos de posibles invasiones.
Éstas estuvieron en alto hasta el siglo XIX cuando, parte de las mismas, fueron derribadas después de la revolución que tuvo lugar en el año 1868 aunque hasta el día de hoy se conservan algunos paños en el barrio llamado Macarena y parte de las que cuidaban de los Reales Alcázares de Sevilla.
Las extensas y grandes murallas tenían 18 diferentes puertas de acceso de las cuales, actualmente, hay sólo 4: La de la Macarena, el postigo de Aceite, el del Alcázar y la puerta de Córdoba.
La construcción se realizó por orden de Julio César entre los años 68 y 65a.C. y se perfeccionaron durante el período en el que llevó adelante la ciudad su hijo César Augusto.
Actualmente la muralla es uno de los monumentos más visitados de la ciudad ya que presenta una construcción de antaño que se logró mantener como lo era en la época del Imperio Romano.
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