Situado junto al Louvre, este imponente y majestuoso palacio puede presumir de una interesante y tumultuosa historia. Fue creado por orden del cardenal Richelieu, consejero del rey Luís XIII, más conocido para el gran público por tener sus más y sus menos con los célebres mosqueteros de la novela de Alejandro Dumas.
La edificación del palacio estuvo a cargo del arquitecto Jacques Lemercier en 1624 y su nombre original era Palais Cardinal (Palacio del Cardenal). Richelieu lo cedió a la Corona antes de su muerte y es a partir de entonces cuando comienza a ser conocido como el Palacio Real. En 1784, se abren al gran público sus jardines, cuyas galerías se destinaron a apartamentos, tiendas, cafés y restaurantes, además de dos teatros. La policía no podía acceder a esta zona, lo que le confería un aura de libertad, en ocasiones de libertinaje, muy apreciada por los artistas e intelectuales del momento. Allí, se podían leer los libros de Rousseau y Voltaire, prohibidos por la censura. En esta época, vuelve a ser el centro de intrigas políticas y en uno de sus cafés Camille Desmoulins anunció con elocuencia a los presentes el fin de la Corona, dos noches antes de la Toma de la Bastilla.
Entre sus muros, se dejaron ver personalidades como Balzac, Henry James, Zola, o Flaubert. En 1938, Colette, la polifacética escritora de dudosa reputación, se instalaba en uno de los apartamentos con vistas al jardín, donde pasaría grandes momentos hasta su muerte. Estaba tan unida al palacio que se la llegó a llamar “la dama del Palacio Real” y hay una placa en su honor en el edificio.
En la actualidad, el recinto es sede de los Consejos de Estado e Institucional y de la Biblioteca Nacional. Las galerías de los jardines siguen en plena actividad, con cafés, boutiques, galerías de arte y lugares de leyenda que visitar, como el restaurante Grand Vêfour. Abierto desde 1784, ha tenido entre sus mesas a personajes como Simone de Beauvoir, George Sand y Víctor Hugo. Con su decoración neoclásica, sigue siendo uno de los restaurantes con mayor glamour de París.
Al refugio de la calma que domina en los jardines, podrá disfrutar de sus fuentes y de las exposiciones de esculturas frecuentemente organizadas. Una pausa para comer, bajo la sombra de sus tilos, es una excelente manera de relajarse y observar a la burguesía de París. El Patio de Honor, con las columnas diseñadas por Buren, tiene su propia tradición: lanzar una moneda a las columnas para pedir un deseo; si cae sobre la parte superior de una de ellas, el deseo se cumplirá.
En los alrededores, merecen también una visita el Teatro del Palacio Real, La plaza Colette, La Comedia Francesa y la Plaza de las Victorias.
Dirección: Place du Palais Royal, 75001. Las galerías de los jardines están en la Place Colette, 2.
Metro: Líneas 1 y 7, Palais Royal – Musée du Louvre
Para más información, visite http://www.paris.es/palacio-real