Hasta el 8 de mayo se presentará en el Arts Santa Mónica de Barcelona la muestra “Un Siglo de Circo” comisariada por Jordi Jané y Raffaele De Ritis, que repasa la trayectoria circense de Paulina Andreu Rivel Schumann, a través de imágenes fotográficas, majestuosos trajes de gala, imágenes en video con su padre y carteles que anunciaban su presentación, trayendo a la memoria la época dorada del circo en el siglo XX.
Nieta e hija de una familia circense, creció en el novelesco mundo de las carpas, los viajes permanentes y los trajes de luces. Portadora de una formación clásica en el circo que le fue transmitida por su padre, el payaso español nacido en Cubelles, provincia de Barcelona en 1896, que fue objeto del homenaje de Federico Fellini en la película I Clowns; aprendió a dominar todas las destrezas de la vieja escuela del circo: acrobacia, equilibrismo, danza y canto. Era una época donde los artistas debían dominar “el cuerpo y todos los sentidos”, señala Paulina para diferenciar la formación que hoy tiene los artistas del circo, donde “los artistas se especializan en un número y no saben hacer más”.
Talentosa desde pequeña, a los 6 años representó a Josephine Backer -una vedette que triunfaba en los años 20- en el Empire Paris. Luego vendría la experiencia musical con sus hermanos en el Charlye Rivel’s Babys.
Su particular glamur y la belleza de sus creaciones la llevan en 1946 al Circo Schumann, donde comienza su etapa en el arte ecuestre, realizando actuaciones con caballos en libertad y con los de alta escuela, que la convierten en la más aclamada amazona europea y la invitada de honor a las fiestas de la alta sociedad, a pesar que su vida la desarrollaba en una carpa de circo. Aclamada como icono femenino del circo su imagen fue proyectada en el cine y en las portadas de revistas.
La unión matrimonial con el caballista Albert Schumann, juntó a dos dinastías circenses, la Andreu-Rivel y la Schumann, y la trasladó a la inmortalidad en la historia con la creación de extraordinarios espectáculos. Inolvidable era el momento que se ponía cabeza abajo sobre un caballo alzado en sus dos patas. El desarrollo de sofisticados números que mezclaban el music hall con el escenario propio del circo, fueron una innovación que abrió la puerta a la creación de nuevas representaciones en el ámbito del circo.
La última vez que Paulina se presentó en un espectáculo fue a los 77 años. Era la primera vez que mostraba en España su arte ecuestre y eligió al Circo Raluy para muestra, en su natal Barcelona, las hazañas que la convirtieron en la diva de la cultura circense mundial. En la ocasión realizó una exhibición como amazona de alta escuela, con acrobacias y demostraciones del profesionalismo que forjó desde la cuna.
Para más información http://www.artssantamonica.cat/EXP/EXPOSICIONS/tabid/128/language/ca-ES/Default.aspx#exposicio31
Nancy Guzman
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