Es ésta, la exposición que se abre al público el 9 de octubre para cerrar a principios de enero del año próximo en el parisino Museo de Orsay, una de esas muestras que gustan tanto al público aficionado al arte como al especialista en la disciplina. Bajo el título España entre dos siglos. De Zuloaga a Picasso, se ofrece una selección de lo mejor del panorama pictórico español de finales del siglo XIX y principios del XX. Colaboran con el citado museo francés, depositario de una buena parte de esas obras, la Fundación MAPFRE, también propietaria de una envidiable colección de pinturas de la época. A pesar de la heterogeneidad de las piezas seleccionadas, la exposición mantiene un único hilo conductor, el cual es la influencia del ambiente cultural parisino de las últimas décadas del siglo XIX y principios del XX en los pintores españoles.
Y no de extrañar que exista esa conexión, ya que París, hacia mediados del 1800 y hasta prácticamente antes de ayer, ha sido el foco artístico del mundo entero. A la capital francesa acudían poetas y escritores, músicos y compositores, cineastas y gentes del espectáculo, escultores y pintores. Por sus barrios bohemios se movían los que ahora pueblan los libros de historia del arte y era allí donde nacían, unas tras otras, todas las vanguardias artísticas. La saturación era tal que los manifiestos se solapaban unos con otros. Por supuesto, los creadores españoles no podían ser inmunes a tal fuerza de atracción y en París recalaba todo el que quisiera ser alguien en el difícil mundo de la creación. Los primeros, los que acusan influencia del tardo-impresionismo, como Casals o Sorolla, aún teniendo su estilo propio, se van sumando a la manera de hacer de los artistas parisinos. Los que llegan después, encabezados por Miró, Dalí y el genial Picasso (el cual merece capítulo aparte), revolucionaron la escena artística, pasando de imitar a ser imitados.
Los comisarios han dividido la exposición en dos etapas y la primera de ellas, a su vez, en otras dos más. En un periodo inicial, los paisajes y los temas populares se van imponiendo en esas dos visiones tan distintas que se ha venido en llamar las dos Españas: la negra y oscura de Zuloaga y Solana y la luminosa de los artistas catalanes y levantinos (Sorolla, Anglada-Camarasa o Casals). La segunda etapa, con la llegada de las vanguardias, está protagonizada por los surrealistas Miró y Dalí y por el genio revolucionario de Pablo Picasso, quien hace de París y de toda Francia su casa. Hay que recordar que la obra que da el pistoletazo de salida a la modernidad (Las señoritas de Avignon) es de una fecha tan temprana como 1907, cuando aún estaba dando los últimos coletazos el postimpresionismo.
La muestra, al organizarse en orden cronológico, puede dar una idea bastante clara de la evolución de estos artistas españoles que recalaron, en su día, en París. Como todo lo organizado por esa magna pinacoteca que es el Orsay, pinta muy bien. Recordad que la muestra estará disponible en el anexo de la Orangerie. Los datos prácticos están visibles en la Web del Museo: http://www.musee-orsay.fr/es/eventos/exposiciones/exterior/exposiciones/article/lespagne-entre-deux-siecles-31727.html?tx_ttnews%5BbackPid%5D=253&cHash=f7495c907e