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El Puente Carlos en Praga

Una de las ciudades más importantes de Europa, la capital de la República Checa, situada a orillas del río Moldava, aguarda el segundo puente más antiguo de su país.

Puente Carlos Praga

 

Tras la inundación que causó la destrucción del puente románico, el Puente de Judith, se comenzó a construir en 1357 el actual puente por orden del Rey Carlos IV, nombre que recibe el puente en su honor. Obra que se finalizó a principios del siglo XV, convirtiéndose en la conexión comercial más importante entre Europa Oriental y Occidental, y la única manera de atravesar el río y conectar el Castillo de Praga, la Ciudad Vieja y las zonas aledañas hasta finales del siglo XIX.

En un principio el puente recibió el nombre de Puente de Praga (Pražský most) o Puente de Piedra (Kamenný most), pero desde 1870 se le denominó Puente de Carlos (Karl?v most).

Con sus 516 metros de longitud y diez metros de ancho, el puente une la Ciudad Vieja o Staré M?sto con la Ciudad Pequeña, que en checo es Malá Strana, sosteniéndose en dieciséis arcos. Con la luz de la luna, el Puente Carlos nos transporta a tiempos medievales. Tiempo atrás existían cuatro carriles para ser utilizados por carruajes, hoy en día es peatonal y con un flujo importante de turistas que se detienen a mirar las obras de los artistas y comerciantes que hay sobre el puente.

El Puente de Carlos cuenta con tres torres que le protegen, dos en la Ciudad Pequeña y una torre en el extremo de la Ciudad Vieja. Ésta última torre se le considera como una de las más sorprendentes del estilo gótico en el mundo. A lado y lado del puente está decorado con treinta estatuas de estilo barroco, que datan de mediados de 1700.

Las treinta estatuas barrocas fueron elaboradas entre 1683 y 1714, y representan los santos que veneraban en aquella época. Los artistas más destacados de Bohemia como Jan Brokoff, Matthias Braun, Ferdinand Brokoff, Michael Brokoff, entre otros, fueron los autores de estas obras. Actualmente las estatuas originales se exhiben en el Museo Nacional, siendo reemplazadas por réplicas las del puente desde 1965.

Una de estas estatuas es la de San Juan Nepomuceno, la primera estatua que se levanto en el puente. Juan Nepomuceno fue arrojado al río desde el puente en 1393 por orden de Wenceslao IV, siendo santificado en el siglo XVIII. La gente suele pedir un deseo, poniendo su mano sobre la estatua, para que le sea concedido el deseo.

A través de los años el Puente de Carlos sufrió diversos daños por numerosas inundaciones y ha sido testigo de muchos acontecimientos, como la Guerra de los Treinta Años, y los cañonazos durante los días de la Revolución en 1848, entre otras.

Para visitar el Puente de Carlos puedes utilizar el transporte público. Si vas en metro, debes tomar la línea A y bajarte en Staromestska. Si por el contrario decides utilizar el tranvía, puedes usar las líneas 17 y 18, y bajarte en la parada Krizovnicke Namesti.
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