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Viajando en los ferrocarriles de ahora y de siempre

Viajar en tren ha cambiado mucho desde que se inventó el ferrocarril. Los paisajes tampoco son los mismos, pero lo que no cambia es la sensación de viajar en una cabina y despertar en un lugar diferente. Hay experiencias que suman, y una de ellas es viajar en trenes como los que os propongo a continuación: el Tren cremallera del Jungfrau en Suiza, el Tren de las Nubes de Argentina y, por supuesto, el famosísimo y antiquísimo Orient Express.

train

Tren de las Nubes, Salta (El norte de Argentina): Si lo que buscáis en un viaje es vivir  una experiencia de altura, no dejéis de subir a bordo de este tren argentino que alcanza los 4.200 metros, mientras atraviesa las impresionantes e interminables montañas de los Andes. El norte de Argentina es espectacular, quizá mucho menos explorado que el centro y el sur, pero no por eso menos atractivo. Me atrevería a decir que incluso el norte es más auténtico. El ya conocido como Tren de las Nubes cruza literalmente las nubes, las supera y eso lo convierte en uno de los ferrocarriles más altos del mundo. Hace un recorrido de más de 200 kilómetros en aproximadamente 16 horas, desde la ciudad de Salta hasta el famoso Viaducto de la Polvorilla. Precisamente, el tramo más elevado de todo el trazado. La mejor foto.

El lujo de viajar en el Orient Express (De paseo por Europa): Es uno de los más antiguos que se recuerdan en la historia de los ferrocarriles. Nació en 1883, pero su funcionamiento fue interrumpido durante la Primera Guerra Mundial hasta que en 1918 volvió a surcar las principales ciudades europeas. En la actualidad, el tren tiene capacidad para acoger a 252 personas. En total son 11 coches-cama, un coche-bar y 3 restaurantes muy exclusivos. Y el precio, eso sí, ronda los 2.000 euros por cabeza en una cabina doble con mayordomo y 500 euros más en caso de viajar en una suite. El lujo se paga. Recorridos: París – Venecia -Florencia – Roma,  Londres – París – Venecia, Venecia – Praga – París -Londres, París- Budapest – Bucarest – Estambul y uno más, París – Estambul – Bucarest – Budapest – Viena – Venecia. Los hay para todos los gustos. Un tren con un recorrido muy novelesco, y me refiero a las obras de Agatha Christie.

Tren cremallera del Jungfrau (Ascender al pico más alto de Suiza): Es el tren más alto de Europa y el tren cremallera más alto del mundo. El Jungfrau es el pico más alto de Suiza y el Aletch (que también está allí) es el glaciar más largo de Europa con 24 kilómetros de lengua. Este tren sube a más de 4.150 metros sobre el nivel del mar y desde allí las vistas al valle de Grindelwald son magnéticas, en verano o en invierno. ¿Dónde se coge? Podéis subir desde varias estaciones: Wengen, Interlaken o Grindelwald. Y aunque no es tan caro como el Orient Express, lógicamente, no es barato. Cuesta unos 120 euros por persona y tarda dos horas en llegar a la cima del Jungfrau. Arriba, a casi 3.600 metros, encontraréis una terraza panorámica y a 3.475 metros de altura, el restaurante más alto del mundo y el Palacio del Hielo. Por supuesto, si llegáis hasta allí, es muy recomendable hacer una ruta por el glaciar.