Hasta el 10 de julio el Museo Complesso del Vittoriano de Roma exhibe La Reina de las Modernas, que está organizada en torno a la obra y la figura de la artista más conocida del Art Deco y símbolo del modernismo de los años 20 y 30 del siglo pasado, Tamara Lempicka.
La exposición comisariada por la historiadora Gioia Mori, experta en la obra de Lempicka, está organizada en torno a 90 pinturas, 30 dibujos y 50 fotografías pertenecientes a colecciones privadas y públicas de diferentes partes del mundo. Además, se exhiben documentos cinematográficos que revelan su tiempo y el carácter central de su figura en la escena artística. Cuenta con el apoyo y la colaboración de los museos Nacional de Varsovia, Malraux en Le Havre, des Beaux Arts de Nantes, Blanton Musee of Art de Austin y el Museo d’Art Moderne de Saint Etienne Métropole.
Muchas de las obras de la exposición no han sido exhibidas en ninguna muestra, como es el caso de cinco pinturas pertenecientes a la colección privada de Jack Nicholson y otra pintura de 1923, que sólo se conocía por fotos en blanco y negro.
Tamara Lempicka nació en Varsovia, en 1898. Hija de una familia polaca acaudalada desarrolló una particular facilidad para desenvolverse en los grandes salones de la época y establecer relaciones con la burguesía y los artistas de la época. Se casó en San Petersburgo con el abogado Tedeusz Lempicki, pero la Revolución de Octubre los obligó a trasladarse a Holanda, donde vive una etapa de libertinaje y pasiones momentáneas con diferentes jóvenes que terminan definitivamente con su matrimonio, a pesar que se separarán años más tarde en Paris.
París le dio nuevos aires a Lempicka. Transformó sus gustos, sus relaciones y sus intereses. Ahí decidió tomar clases de pintura con André Lothe y comenzó a exponer en varias galerías, que se entusiasmaron con su estilo Art Deco. Su primer galardón lo obtiene en la Exposición Internacional de Burdeos en 1927.
Su clara definición bisexual la lleva a terminar su matrimonio y se convierte en amante del miembro de la nobleza europea y coleccionista de su obra, Raoul Kuffner. Es una época de fiestas, dinero y relaciones privilegiadas con Greta Garbo, Andre Gide, entre otros. Son años de juergas privadas donde el sexo, la cocaina y los garitos de la orilla del Sena hacen parte de su cotidianeidad. Kuffner logra llevarla a Nueva York, donde se vuelve una invitada habitual en las fiestas de la burguesía, asiste a orgías, se encanta con la bohemia y las nuevas tendencias en el arte. Sin embargo, ya su pintura no enloquece a los coleccionistas y son otros los focos de interés en el arte.
Su obra más conocida se basa en los retratos de conocidos personajes de la nobleza y la alta burguesía europea de los años 30 y desnudos, que se inscriben en el arte manierista Tamara fue conocida por sus pinturas, su gusto por el buen vivir y su sexualidad desbordante que la llevó a frecuentar tanto a hombres como a mujeres. Tamara Lempicka muere en Cuernavaca el año 1980 y sus cenizas fueron lanzadas al volcán Popocatepelt.
Para más información http://www.delempicka.org/
Nancy Guzman
Si está disfrutando de unos merecidos días de descanso en apartamentos en Roma le aconsejo que se acerque al Museo Complesso Vittoriano a conocer la extraordinaria vida de esta mujer que rompió todos los esquemas de su época y sigue fascinando a artistas como Madonna, que la inspiró en su video clip Vogue.