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En la reciente película de Win Wenders, “Pina” (2011), descubrimos el fabuloso mundo de la coreógrafa Pina Bausch a través de sus discípulos y cómplices de baile, todos miembros de su compañía de danza. Lo más cautivante de esta película, es sin duda la manera singular en que cada uno de sus protagonistas cuenta su historia con Pina, el vínculo que los unió, la manera en que se relacionaban y lo que significo ella en sus vidas. Por encima de la narración misma de la película, las historias que se cuentan y el diálogo que se presenta; cabe destacar que la película de Win Wenders era disponible en 3D en las sales de cine; quienes relatan la historia lo hacen desde el cuerpo, sus movimientos y posibilidades.
El lenguaje del cuerpo se vuelve protagonista de la narración del film, y se accede al cuerpo metafórico de Pina, ahora casi inmaterial, desde los movimientos y gestos de estos bailarines. Sobre todo el efecto de la danza moderna, en que el cuerpo se hace máquina de su propia expresión sin envolturas, o zapatillas de baile, vestuarios minimalistas, sin elementos o elementos reducidos en el escenario, hacen que sobre el escenario este el cuerpo o los cuerpos dialogando sin mesura, liberados inclusive del rigor de las coreografías.
Ver una puesta en escena de danza moderna, si prestamos con atención, trata sobre todo de moderar y marcar la diferencia. Esta película de Win Wenders resulta una entrada más que interesante en este arte desde todas sus perspectivas. Basta con prestar atención en el tamaño dispar de los integrantes, alineaciones que nada tienen que ver con el estilo particular de cada uno sino de cómo funcionan como partes de un conjunto, desde sus propios talentos e interacción con el resto del grupo. En Pina además, se puede ver el ligero margen de error entre una coreografía grupal: si bien cada integrante repite el movimiento, un margen ligero de diferencia entre cada movimiento de los integrantes del grupo, gesto que resalta aún más su individualidad pero en ese misma diferencia de tiempo los vuelve comunes, idénticos en el baile.
Así, el Festival Internacional de Danza Tanzolymp que se dará en Berlín entre el 24 y el 28 de febrero, es un espacio ideal para conocer más de la danza moderna que impulso Pina, y del mismo modo, una celebración del baile para jóvenes de todo el mundo, en la que danzas diversas, incluyendo la clásica, tradicionales y regionales, jazz y pop, se juntan en una fiesta del cuerpo y la belleza de sus movimientos. Este fabuloso festival para jóvenes va este año por su novena edición, y contará además de fabulosas presentaciones con seminarios, charlas y mucho más. Para saber más del Tanzolymp, ingresa a la siguiente página web: http://www.tanzolymp.com/
Consigue apartamentos en Berlín y descubre el fabuloso mundo de la danza. La rica y diversa oferta cultural que Berlín, convierte a esta ciudad en uno de los más importantes centros para la creación y difusión de todas las artes.
