Hace un par de años, en un festival de performances que tuvo lugar en París, la artista croata Sanja Ivekovi? protagonista de la estupenda exposición antológica Sweet Violence que puede visitarse en el MOMA hasta el próximo 26 de marzo (http://www.moma.org/visit/calendar/exhibitions/1148), presentó una pieza, El juego de Eva, en la que recreaba la celebérrima fotografía de Julian Wasser tomada en 1962 con motivo de la gran exposición antológica de Marcel Duchamp en el Museo de Arte de Pasadena que representaba al influyente y enigmático artista francés, supuestamente retirado desde hacía décadas de toda producción artística, jugando al ajedrez con su joven amiga y futura artista y escritora Eve Babitz, quien frente al atildado aspecto habitual de Duchamp aparecía completamente desnuda.
Sanja Ivekovi? decosntruyó la famosa imagen, una práctica habitual en su interesantísima obra, recreando la partida de manera que fuera la mujer, ella misma, quien estuviera vestida, de negro como Duchamp, mientras que su contrincante, el comisario del Festival parisino, estaba completamente desnudo.
Al tiempo que ambos recreaban la partida de Pasadena, iban recitando un diálogo formado por las palabras de una entrevista concedida por la propia Eve Babitz, cuyas respuestas eran proferidas por Sanja Ivekovi? colocándose así de alguna manera simultáneamente en el lugar de los dos protagonistas de la escena, casi cuarenta años después de la foto original.
La performance nos da muchas pautas sobre la manera de trabajar con textos e imágenes de Sanja Ivekovi? así como sobre la vertiente feminista de su trabajo, siempre interesado por tratar el problema del papel de la mujer en la sociedad y en la Historia dentro del contexto de una incisiva crítica político-social que aborda directamente los asuntos más polémicos de nuestros tiempos a través de estrategias deconstructivas sumamente subversivas y sugerentes.
Performances como Practice Make the Master, que realizada por primera vez en 1982 será reinterpretada otra vez especialmente para la ocasión a través del cuerpo de la bailarina Sonja Pregard, son paradigmáticas de la manera en que Ivekovi? alude en su trabajo a las formas de uso y abuso del poder político. En ella—cuyo vídeo original puede verse en la exposición junto a otras piezas de vídeo en monocanal e instalaciones audiovisuales representativas de su obra tales como Sweet Violence (1974), Personal Cuts (1982), General Alert (Soap Opera) (1995), y Rohrbach Living Memorial (2005), así como 100 fotomontajes que incluyen la celebrada serie Double Life (1975–76)— Ivekovi?, que lleva un vestido corto negro y una bolsa blanca en la cabeza, sufre extrañas sacudidas que la hacen caer a suelo, donde permanece en diferentes posturas durante varios segundos antes de levantarse, una y otra vez mientras un foco se apaga y enciende intermitentemente y la voz de Marilyn, cantando una canción de la película Bus Stop, se va ralentizando hasta que empieza a parecerse a la de un hombre.
La obra de Sanja Ivekovi? no ha hecho sino ganar relevancia con el paso del tiempo. Cuando alquile apartamentos en Nueva york no se arrepentirá si se acerca al MOMA a conocer de primera mano su extraordinario trabajo.