Estambul es una ciudad realmente impresionante. No se trata de la capital de Turquía, pero sí de su ciudad más grande. Turquía es un país puente, un nexo entre dos culturas y la ciudad de Estambul es el punto concreto donde con más claraidad se efleja esta conexión entre Europa y Asia. Se trata de la tercera ciudad de Europa en cuestión de número de habitantes y guarda la belleza y misterio que le han conferido sus muchos años de historia, ya que Estambul fue la antigua Constantinopla. Si vamos de vacaciones a Estambul no nos cansaremos de ver monumentos y lugares increíbles: La Mezquita Azul, la Iglesia de Santa Sofía (Ayasofya Camii), el Museo de los Mosaicos, el Gran Bazar, etc.
Pero sin duda uno de los lugares más excepcionales de Estambul son los Baños Turcos de Cemberlitas o Ayasofya Hurren Sultan Hamamı. Estamos hablando de unos baños únicos en el mundo y de incomparable belleza que podemos encontrar entre la Mezquita Azul y la Iglesia de Santa Sofía.
Los Baños Turcos de Estambul dejaron de utilizarse a partir del 1910. De hecho fue utilizado como cárcel para prisioneros y también como almacén para varios materiales como papel o gasolina. No obstante entre los años 1957 y 1958 se realizó una importante restauración de los mismos, pero fue en 2008 cuando se llevó a cabo una restauración a gran escala para devolverles el esplendor de la época de los sultanes y para que el público pudiera disfrutar de ellos. Uno de los aspectos más importantes de la remodelación es que ahora las líneas de mujeres y hombres no están separadas estructuralmente. Esto quiere decir que una misma línea se encuentra bajo dos cúpulas. Un gran cambio adaptado seguramente a la oferta turística, que ha sido una revolución arquitectónica.
El mayor valor que tienen los Baños de Santa Sofía es obviamente arquitectónico. Cuentan con tres zonas diferenciadas, una zona fría, una zona tibia y una zona de calor. Pasando por las distintas zonas nuestro cuerpo irá experimentando las bonanzas de este ritual, pero sobre todo nuestros sentidos se verán desbordados por la belleza de sus muros y los juegos de luz.
Mimar Sinan, durante el reinado de Solimán el Magnífico fue el encargado de diseñar estos baños de 75 metros de longitud. Los mármoles que se han utilizado para la restauración son Mármoles de Marmara, y han sido necesarios 1300 metros cuadrados de este material. La cúpula de la sección fría tiene una altura de 26 metros.
En estos baños disfrutaremos también de los mejores enguentos para nuestra piel, por ejemplo, los jabones son naturales hechos con aceite de oliva 100% en Edremit.
Los baños de este tipo tienen un importante factor cultural. Se han usado y han ido evolucionando desde la época de los romanos y su principal intención es generar un estado de paz, tranquilidad y transmitir sensaciones agradables.
Podemos comprar distintos paquetes que incluyen masajes y rituales con distintos precios y tiempo de duración.
¡No te pierdas una parte imprescindible de la historia de Estambul!
Podemos encontrar apartamentos bonitos en Estambul en los que poder alojarnos durante nuestras vacaciones. ¡Comodidad y economicidad! ¿Quieres ver algunos?