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Una ciudad que despierta hermosa y duerme más bella aun, un destino romántico, histórico y lleno de poesía, esto y mucho más es Oporto, el puerto del norte de Portugal que enamora a todo visitante con su maravillosa arquitectura, su ambiente relajado y su deliciosa gastronomía.
Foto: Ewan-M
Un patrimonio de la humanidad
Al llegar a Porto, su nombre en portugués, da la inmediata sensación de que la ciudad se está modernizando, su aeropuerto, uno de los mejores de Europa, y su cómodo y lindo Metro dan pistas de este cambio. Sin embargo no es esto lo que enamora de Oporto, no es lo que el turista que desea empaparse de la cultura e identidad de un lugar va a descubrir, sino justamente el otro Porto, el puerto antiguo, el poseedor de un casco histórico declarado ya hace años patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Son sus innumerables callecitas que parecen partir de lo más alto de la ciudad hasta desembocar en el Duero, sus multicolores casas y edificios de época, librerías que conmueven por su riqueza histórica y sobre todo el paisaje que incluye a alguna señora preparando la comida con la ventana abierta, un gato en el umbral de una puerta o al borde de una ventana y la ropa tendida en los balcones, todo esto es Oporto, olor a mar, río, vino, olor a historia.
Una ruta del casco histórico
El casco histórico de la ciudad tiene muchísimos lugares que son imperdibles, por lo que les recomendaría dedicarle unos cinco días como mínimo. Cómo partida, antes de ir bajando a la Ribeira les recomiendo comenzar por la calle Santa Catarina. Esta arteria vital de Oporto tiene varios edificios que vale la pena conocer, partiendo por sus dos iglesias, donde destaca sin duda la Iglesia de las almas, un exquisito ejemplo de los templos revestidos de azulejos. Luego de caminar por esta calle, podemos tomar alguna de las vías que llevan al centro mismo de la ciudad, todas a mano izquierda, lugar donde se encuentra la Cámara Municipal. Les hablo de la Avenida Dos Aliados, una avenida hermosa y amplia rodeada de edificios históricos y esculturas, lugar desde el que se llega fácilmente a la Torre de los Clérigos, otro edificio imperdible por su importancia histórica y su gran belleza.
Una vez que estén en la Torre de los Clérigos les será fácil visitar la librería Lello & Irmao, dicen que se trata de la librería más hermosa del mundo, personalmente les puedo agregar que si no lo es, debe estar sin duda dentro de los tres primeros lugares. Se trata de un edificio que ya por fuera destaca por su ornamentación, pero que por dentro deja con la boca abierta por el lujo de la construcción, toda tallada en maderas nobles.
A continuación del nombraré los edificios y lugares que deben visitar: El Palacio de la Bolsa, La Catedral, Palacio Episcopal, El Mercado, El edificio de la Bolsa de Valores, La Casa del Infante, todos los lugares que ya mencioné anteriormente y por supuesto la “Ribeira del río Duero”, donde deben degustar algún plato regional. Otros imperdibles son los puentes de la ciudad, todos de distintas épocas y estilos de construcción, verdaderas maravillas de la arquitectura. Desde el puente Luís I se ven las mejores vistas de la ciudad, de verdad deslumbrantes, por aquí pueden cruzar a Vila Nova de Gaia a beber un buen Oporto.
Por último les aconsejo comer una Francesinha en algún café pequeñito del centro, beber un café en el Majestic y simplemente entregarse a la magia de esta preciosa ciudad de Portugal.
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