End Google Tag Manager -->
GLOBAL SHORT RENTALS


Annika Ström en Sevilla

Si bien es muy posible que nada duela tanto como la música, también es cierto que acaso nada tenga un potencial semejante de transformación de la realidad personal y colectiva de la humanidad. Tal vez no resulte del todo extraño si concebimos el universo y la vida bien a la manera pitagórica, como una armonía de mundos o música de esferas, bien de acuerdo con la antiquísima tradición hindú que deposita en la danza universal de creación y destrucción de Shiva la revelación de la verdad cósmica, bien de manera afín a las modernas teorías de cuerdas cuánticas que postulan un poliverso multidimensional compuesto por una simultaneidad de estados vibracionales  no ajenos a cierto sentido poético de la eternidad.

annika strom sevilla

En la guitarra de Woody Guthrie podía leerse la frase “Esta máquina mata fascistas”, como para ejemplificar el caso de una manera directa pero la filiación de la música con el cambio social es casi tan antigua como la historia de la humanidad. Es muy posible que en un principio las canciones surgieran para armonizar el trabajo colectivo de acuerdo a un mismo patrón rítmico, creando una unión armónica entre las diferentes personas que participaban en la tarea. Del mismo modo, los grandes poemas épicos, que se cantaban de generación en generación, contribuían como ninguna otra cosa al sentimiento de pertenencia a una colectividad con una historia y valores comunes.

Durante toda la Edad Media los poemas siguieron siendo inseparables de la música, el arte de las musas por excelencia, y contribuyeron decisivamente a la creación de un imaginario colectivo generador de una cosmovisión determinada que podía a su vez ser subvertida mediante la misma forma de expresión. Así, podemos hablar de auténticos movimientos contraculturales como el de los goliardos o la danza de la muerte, donde las canciones eran el elemento esencial, por no hablar de la transformación de la visión del amor y las relaciones interpersonales expresada a través de las canciones de amor cortés cantadas por los trovadores de la Europa meridional.

Asimismo, probablemente nada sirvió de mejor anuncio para la inminente revolución francesa que las canciones de la ópera de Mozart Las bodas de Fígaro, del mismo modo que probablemente jamás nada ha conmocionado tanto la conciencia culpable y cómplice de todo un país y una cultura que escuchar a Billie Holliday cantar Strange Fruit por primera vez y nunca nada en la historia reciente ha generado tantas expectativas de rebeldía, cambio radical y libertad libre como el advenimiento del rock o algunas de las canciones que Dylan cantó en los sesenta.

Los ejemplos en la cultura pop son innumerables. Vano fuera enumerarlos, de Los Beatles a los Pistols, de Patti Smith a Rufus Wainwright, de los Smiths a Nirvana, de Max Romeo a CocoRosie…

Analizar este importante poder catalizador de la canción en la vida personal y los movimientos sociales es el objetivo del ciclo expositivo que ofrece el Centro de Arte Ándaluz Contemporáneo (http://www.caac.es/english/exh/projects/frame_anika11.htm) bajo el título genérico, La canción como fuerza social transformadora, inaugurado con la exposición Songs by Annika  Störm. (hasta el 11 de septiembre)

 

Paul Oilzum Only-apartments AuthorPaul Oilzum

Sus vídeos, canciones y obras conceptuales constituyen una estimulante tentativa de transfiguración poética de lo cotidiano acompañada por una música de baja fidelidad. Tal vez le apetezca escucharla cuando alquile apartamentos en Sevilla