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GLOBAL SHORT RENTALS


El Checkpoint Charlie de Berlin

La noche del 12 al 13 de agosto de 1961, en la zona de influencia soviética, más de cuatro mil efectivos, apoyados por otros tantos soldados armados, se apostaron en la línea imaginaria que dividía un Berlín aplastado por la guerra. En una de las misiones llevadas con mayor secretismo de la historia, los incrédulos berlineses de uno y otro lado se levantaron, al despuntar el alba, con un muro que, durante décadas, dividiría a la humanidad en dos cosmovisiones opuestas.

checkpoint charlie

Durante aquellos primeros días el muro era apenas una alambrada fuertemente custodiada por soldados armados hasta las cejas. Uno de ellos, vigilante en el lado este, en un descuido de sus compañeros, no dudó un instante y se lanzó, arrojando el arma que le estorbaba, hacia el otro lado. Era un joven de tan solo 19 años llamado Hans Conrad Schumann y conocido por ser el primer desertor del Muro del Berlín.

El muro se fue levantando con medios, con prisas y sin pausa. Pronto pasó a ser una inexpugnable frontera que cerraba el paso a los berlineses, dividiendo familias enteras. Se habilitaron varias puertas con el fin de posibilitar la entrada a personal militar autorizado y a embajadas internacionales. Cada una de esas pequeñas fronteras recibió una letra: A (Alfa), B (Bravo) o C (Charlie). En Friedrichstraße se encontraba el de la letra C, el Checkpoint Charlie, el paso fronterizo del Muro de Berlín que ocupó toda las portadas de los periódicos en octubre de 1961, cuando un poco después de que el primer desertor saltara la alambrada, se enfrentaran taques soviéticos (en el Este) y tropas norteamericanas (en el Oeste) dispuestos a disparar y, llegado el caso, a comenzar un nuevo derramamiento de sangre.

Aunque el asunto no llegó a mayores, el centro de documentación de Potsdam cifra los muertos directos causados por el muro en 120 almas. Otras estadísticas apuntan al doble. Todos tienen su historia de horror, su propia aventura trágica en busca de libertad, pero, sin duda, la más conocida, por ser la primera y por el dramatismo del suceso, es la del joven obrero de la construcción Peter Fechter. Un idealista de 18 años que no dudó en apostar su vida para pasar a la zona occidental. Y perdió. Dos soldados (juzgados sin ningún sentido cuando ya eran muy ancianos) dispararon al albañil cuando se disponía a saltar. Era un día cálido de verano (17 de agosto de 1962) y las balas lograron alcanzar la pelvis de Fechter, quien, tras caer en el lado oeste, acaba muriendo desangrado en el este sin que nadie hiciera un solo gesto por impedirlo. Un monumento minimalista levantado en Zimmerstraße recuerda el trágico suceso a todo el que pase por allí.

Décadas después, los testigos de aquella brutalidad reconocieron haber sido poseídos por el miedo, por el terror que atenaza la libertad. Hoy apenas quedan algunos trozos del muro (como la East Side Gallery) y el Checkpoint Charlie se ha reconstruido junto a un museo que guarda la memoria de este pedazo de la historia de la humanidad. Sin lugar a dudas, merece la pena una visita.

 

Candela Vizcaíno Only-apartments AuthorCandela Vizcaíno

Los apartamentos en Berlín situados en esta zona guardan el recuerdo de cientos de historias de personas anónimas en busca de libertad.