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Uno de los grandes atractivos de pasado Festival de Cine de Venecia fue la presencia del director norteamericano Frederick Wiseman (Boston, 1930) para presentar un documental sobre el mítico cabaret parisino Crazy Horse que acaba de cumplir sus primeros 6o años. Claro que él renegaría, y no sin motivos, del término. Pues a Wiseman no le interesan nada las etiquetas ni comparte la necesidad de tener que separar las películas en diferentes géneros.
Particularmente las suyas, en las que si la estructura dramática siempre ha sido tal vez el elemento esencial común, el núcleo que las recorre transversalmente acaso sea su interés por el cuerpo humano—y su inherente aunque engañosa fragilidad—en todas sus manifestaciones, desde el modo en que el mundo del ballet lo utiliza como medio esencial de expresión, al uso que de él hacen los monjes (que de alguna manera intentan negarlo) o los soldados (para los que constituye un arma o herramienta de agresión y ataque).
De ahí que Wiseman no tenga reparo en admitir que en realidad lo que le movió a realizar esta última película fue sólo el Crazy Horse en particular, referencia inexcusable para todos los amantes del género, del que es desde hace seis décadas verdadero buque insignia y punto de peregrinación poco menos que obligado. Y dentro del propio Crazy Horse su interés se focaliza, otro rasgo común a su obra, en las personas, en concreto en sus fabulosas y legendarias bailarinas, seres que su mirada, oscilante entre la ternura y el vouyerismo más consumado y deseante, convierte en excepcionales como profesionales de su arte y como personas.
La película de Wiseman es una de las maneras que Crazy Horse tiene de celebrar su sexagésimo cumpleaños. Otra consiste en sacar el espectáculo de su teatro de París y organizar por primera vez una gira por diferentes ciudades del mundo. Madrid es una de las afortunadas metrópolis que tendrán el honor de ejercer de anfitrionas del show. Será coincidiendo con las fiestas navideñas, del 21 de diciembre al ocho de enero en la sala verde de los flamantes Teatros de Canal (http://www.teatroscanal.com/1000348000201/forever-crazy__1.html).
La expectación generada por el acontecimiento está completamente justificada si tenemos en cuenta que a Crazy Horse han estado de un modo u otro asociadas personalidades tan importantes de la cultura popular de la segunda mitad del siglo XX y primera década del XXI como, entre otros, Salvador Dalí (que diseñó una pieza de mobiliario similar a su famoso sofá Mae West para uno de los números), Serge Gainsbourg (autor del Crazy Horse Swing, sintonía identificativa del local), Charles Aznavour (que tuvo en Crazy Horse su primer gran éxito), Dita Von Teese (gran diva del cabaret burlesque del siglo XXI) o diseñadores como Paco Rabanne, Karl Lagerfeld, Emmanuel Ungaro, Loris Azzaro, y Azzedine Alaia, responsables del vestuario del espectáculo.
Crazy Horse siempre ha estado en primera fila del cabaret haciendo gala de un desarrollado sentido artístico que lo ha conectado estilísticamente con las vanguardias de cada momento. Si alquila apartamentos en Madrid encontrará pocos planes más seductores para las últimas noches del año.
