Catedral de Milán

La Catedral de Milán, más conocida como el “Doumo di Milano” (Casa de Dios) es una de las iglesias más bellas del mundo. Su estilo gótico y su grandeza la hacen única en la ciudad y es admirada por todos los italianos y los turistas que se acercan a conocerla.

Esta catedral es la cuarta más grande del mundo, solo precedida por la Basílica de San Pedro, la de San Pablo en Londres y por la catedral de Sevilla en España. Por eso es sede de los eventos religiosos más grandes que se organizan en el país.

Aunque la construcción de este templo comenzó en el siglo XIV, solo fue terminado a principios del siglo XIX por orden de Napoleón quien se había cansado de ver esa obra a la mitad. Desde ese entonces está idéntico a como lo podemos observar hoy.

Con una capacidad para más de 40 mil personas, un frente de 150 metros y sus incontables columnas góticas, el Duomo di Milano es una reliquia de la ciudad de Milán, que todos deben visitar.

En el interior de esta catedral se encuentran muchas obras de arte y diferentes monumentos de relevancia, como por ejemplo la estatua de Bartolomé el Apóstol o los sarcófagos de varios arzobispos.