Ahora que llega el verano, muchos de vosotros ya tendréis planes para pasar unos días fuera en vacaciones. Si os fijáis bien, hay gente que acostumbra a pasarlas en lugares de campo o montañosos como los Pirineos o Suiza; y hay otras personas que prefieren desconectar a la orilla del mar y optan por las Baleares, Grecia o la costa italiana. También hay quien tiene una pareja que prefiere lo contrario y entonces se hace un plan intermedio. No obstante, todos tenemos una preferencia dependiendo de nuestra personalidad, y aquí os dejamos ciertas peculiaridades que caracterizan a estos dos bandos opuestos.
Ser de mar. Como pez en el agua
Si eres de mar entonces también serás playero. La gente que busca islas para descansar del trabajo es fan del calor y todo lo que ello implica: tomar el sol, hacer una buena siesta después de la comida, y poder salir por la noche a tomar unas copas sin llevar chaqueta alguna. De hecho, los playeros son más perezosos durante el día y más noctámbulos. Les encanta la fiesta y tienen amigos y amigas a patadas: los de la playa, los de la disco, los del pueblo, los amigos de los amigos, los amigos de la novia o del novio… vaya, que son muy sociales.
Además, a la gente de mar le gusta la comida ligera: arroces, ensaladas, pescado… porque estos platos apetecen más con el calor y también para conservar la línea y lucir palmito. Otra peculiaridad la encontramos en su estilo de vida, normalmente más estable y sin riesgos. Acostumbran a tener trabajos fijos y quizás una vez al año se van de viaje como buenos turistas.
Ser de montaña. Naturaleza en estado puro
Contrariamente, los montañeros se inclinan por sitios más frescos donde descansar. En vez de fiesta buscan el relax total, la sensación de libertad y tranquilidad que aporta la naturaleza. También acostumbran a ser buenos deportistas, ya sea ciclistas, escaladores, runners o esquiadores en invierno (al fin y al cabo, hacer deporte también relaja).
La gente de montaña es más diurna. Por la noche prefiere quedarse en casa viendo una película al lado del fuego. Tienen pocos pero buenos amigos, y también pasan gran parte del tiempo libre con la familia. Aun así, son muy charlatanes con cualquier persona que se encuentren, pues su estilo de vida es más aventurero que los playeros, y por lo tanto en su camino se encuentran con muchos desconocidos con quien pasar un buen rato.
Finalmente, los montañeros se decantan por la comida abundante: carnes, sopas… y, sin duda, no soportan bañarse en agua salada, ellos no salen de su piscina, su río o sus lagos.
Por supuesto, en una misma familia pueden haber distintas personalidades, y seguro que tenéis amigos o amigas que encajan más con un perfil u otro. Y tú, ¿eres de mar o de montaña?