En toda la historia del arte moderno norteamericano no es fácil encontrar muchos personajes tan dinámicos, polifacéticos e influyentes como Duncan Phillips (1886-1966). Amén de crítico y coleccionista de arte de referencia, Phillips fue también el fundador y director de The Phillips Collection, que, con sede en Washington, fue el primer museo de arte moderno de los Estados Unidos, anticipándose en casi diez años incluso al MOMA de Nueva York, que hasta finales de 1929 no abrió sus puertas.
Desde el mismo día de la inauguración del museo en 1921, Phillips no cesó de ampliar su colección, compuesta en su gran mayoría por obras de artistas vivos coetáneos suyos, sin usar para ello otro criterio que no fuera el de su aguzadísimo olfato y su penetrante ojo crítico. De ahí que ésta constituya en su conjunto una excelente y amplísima panorámica del arte de los Estados Unidos de América desde mediados del siglo diecinueve a la década de los sesenta del siglo veinte.
Ahora, la Fundación Mapfre de Madrid (Paseo de Recoletos, 23) presenta hasta el 16 de enero de 2011 bajo el nombre Made in USA la primera exposición organizada por la Phillips Collection en Europa. Es una oportunidad única para acercarse a una serie de extraordinarios artistas que, por lo general no goza de una representación suficientemente numerosa en los museos europeos; particularmente aquellos anteriores a la Segunda Guerra Mundial, tras cuya conclusión los Estados Unidos pasaron a ser claramente el país hegemónico también en materias artísticas, Nueva York reemplazó a París como capital mundial del arte y los artistas y críticos estadounidenses comenzaron a dictar las principales tendencias en un proceso que sólo ha empezado a ser parcialmente alterado en tiempos muy recientes.
El itinerario de la muestra está dividido en diez áreas temáticas—detalladas en cursiva más abajo—que cubren cronológicamente 100 años de arte norteamericano, aunque algunas de ellas necesariamente se solapan en el tiempo. Así, pasamos del Romanticismo y realismo al Impresionismo, de éste a Las fuerzas de la naturaleza, de éstas a la Naturaleza y la abstracción (donde brillan con luz propia y nos sacuden íntimamente los cuadros de Arthur Dove y Georgia O´Keffe), de aquí a La vida moderna y su corolario, La ciudad (déjense maravillar aquí por Edward Hopper, Pierre de Bois, John Sloan—magnífico su Six o´clock, Winter—y la estética precisionista de Charles Sheeler), de ésta a la Memoria y la identidad (con varios de los paneles de la seminal serie Migración del afroamericano Jacob Lawrence), de aquí a La Herencia del cubismo para acabar con los diferentes Grados de abstracción ( exquisito, el pequeño Rothko) que culminan en El expresionismo abstracto.
Paul Oilzum
Si alquilan apartamentos en Madrid tal vez les apetezca acercarse al elegante palacete que la Fundación Mapfre tiene como sala de exposiciones en el Paseo de Recoletos—a apenas un par de minutos del espléndido edificio neoclásico de la Biblioteca Nacional , justo entre el literario Café Gijón y el diseño Art Noveau del Café del Espejo—y hacer también un viaje en el tiempo.